El camino hacia los chikones es el nombre de la caravana que une, reconoce y hermana a comunidades de Puebla y Oaxaca, quienes a través de varios foros, encuentros, caminatas, talleres y actos artísticos recorren unos 200 kilómetros que van de la región de Cholula a la Sierra Mazateca.
Coordinada por el Caracol Mazateco y otro tanto de organizaciones y colectivos, la caravana peregrinación El camino hacia los chikones se hará del 19 al 28 de julio, por lo que está abierta la convocatoria de participación para que ciudadanos se sumen a este proyecto que busca el intercambio de conocimientos, experiencias y saberes, en defensa del territorio, de la lengua y los derechos humanos.
Se trata, explicó Santos Martínez, miembro fundador del Caracol Mazateco, de caminar por la libre expresión, el uso comunitario de la tecnología, el acceso a la educación, la ciencia y la tecnología, la promoción de la medicina tradicional, por generar una economía solidaria, por la autonomía de los pueblos, y la libertad en general.
Abundó que a esta caminata hay que concebirla como una caravana y una peregrinación, ya que la primera cubre un aspecto social, cultural y educativo, con talleres de pintura, reciclado, plantas medicinales, entre otros; mientras que la peregrinación retoma las prácticas de los pueblos ancestrales de ir hacia las montañas donde había manantiales, cuevas, espacios sagrados.
“Retomamos como la subida al volcán Popocatépetl en marzo, mayo y agosto, vamos hacia las zonas sagradas como árboles, manantiales y cuevas, visitando y haciendo rituales con los pueblos del lugar”, contó durante una entrevista.
Dijo que los pueblos que visita la caravana peregrinación tienen una historia ancestral como es el caso de Tepeaca, Tecamachalco, Tehuacán, Zapotitlán Salinas, Teotitlán del Camino y la Sierra Mazateca con varios pueblos, entre ellos Huautla de Jiménez.
Todas estas poblaciones, indicó Martínez, tienen que ver con una historia ancestral que pervive y está presente. En ellas, agregó, los organizadores y participantes de la caravana han generado una conexión con los vecinos de cada lugar, y sus propias circunstancias. Por tanto, consideró que en la caravana se visibiliza la situación social de los pueblos en lo social, en asuntos como la discriminación y el despojo, así como la pugna que existe por la conservación de ciertas zonas. “Vamos caminando y vamos conociendo los territorios”, confió.
Como ejemplo, expuso que en Santa María Acuexcomac, se habla sobre la situación de su manantial, mientras que en la región de Cholula se aborda la problemática que atraviesa la zona arqueológica, o el maíz. Notó que incluso, colectivos y áreas institucionales de cultura como las secretarías de cultura de San Andrés Cholula y San Pedro Cholula, ya trabajan en la defensa del maíz para generar una ley estatal que inhiba la siembra de maíz transgénico y promueva la defensa del maíz criollo. “Va en el tema de generar documentos históricos y jurídicos en el tema”, apuntó.
En las rutas por las que va pasando la caravana El camino hacia los chikones, continuó Santos Martínez, se van escuchando las problemáticas locales: Tecamachalco el tema de la extracción de minerales que afecta a los cerros sagrados; en Zapotitlán Salinas, también con varios proyectos de minería; o en Teotitlán, en donde hay problemas laborales y ecológicos.
En ese sentido, consideró que el fruto principal de este peregrinaje es la organización que se ha obtenido a lo largo de estos cuatro años. Asimismo, destacó la interacción entre los que van como participantes y entre los vecinos de las poblaciones que se visitan, pues se van generando un desarrollo comunitario. En suma, definió que es una forma de visualizar la problemática humana, enfocándose en temas culturales y sociales, de interacción y organización, para apoyarse y solidarizarse.
Destaca que en la caravana El camino hacia los chikones participan entre 25 y 35 activistas, cifra que aumenta con quienes se van sumando en cada parada además de los grupos de Cuautinchán, San Nicolás de los Ranchos y Puebla, que caminan para llegar a la Sierra Mazateca, en donde son recibidos por la radio y la asamblea comunitaria, para visitar al cerro sagrado y conocer la práctica medicinal.
El acto comenzará el 19 de julio en Tlaxcalancingo y San Pedro Cholula, con foros abiertos y comunitarios, un encuentro de pueblos, un museo itinerante del maíz, y un intercambio de semillas. Seguirá el día siguiente en San Pedro Cholula, Tepeaca, San Mateo Tlaixpan y Tehuacán, continuando el 21 en La Venta y Zapotitlán Salinas, el 22 en Teotitlán, Huautla y la comunidad Nanj–Ngaa, donde se permanecerá hasta el día 24. Luego, el 25, se reiniciarán las actividades en Nanj–Ngaa para ir a San Agustín, La Providencia y Río Santiago; el 26, en Tenango y San Antonio, el 27 de vuelta en Nanj–Ngaa, para cerrar el día 28 de julio en Puebla y Cholula.