Inmobiliarias como Invermart se encuentran detrás de la venta de cientos de lotes rústicos de 120 metros cuadrados, cada uno, a escasos de 100 metros del Relleno Sanitario de Chiltepeque, los cuales se venden hasta en 180 mil pesos y con “facilidades de pago de hasta 143 pesos mensuales”, según confirmó La Jornada de Oriente a través de un recorrido.
En el lugar se observó que dentro de los predios fraccionados están construidas y habitadas al menos una treintena de casas, y se abrió el motel “Las Calandrias”, a pesar del riesgo que significa vivir dentro de los 500 metros que comprenden la franja de mitigación del depósito de desechos, donde se incrementa el olor pestilente que emana de la basura.
Te puede interesar: 450 lotes producto de despojo y sin servicios están a la venta en Covadonga
A escasos 200 metros del relleno sanitario que a diario recibe mil 950 toneladas de basura, mil 600 de la ciudad de Puebla y 350 de siete municipios conurbados, se observa un letrero de la Inmobiliaria Invermart, que a decir de sus representantes cuenta con varios desarrollos en la zona, incluido uno frente al Hípico de Ada Residencial.
En este punto la empresa construyó una barda para anunciar el proyecto “Girasoles Residencial” que se pretende instalar en la zona con los predios que están a la venta, en los cuales sus clientes podrán construir “como ellos quieran” sus viviendas en una superficie de 120 metros cuadrados.
Según la persona que atiende a la llamada telefónica de la inmobiliaria, el costo total de cada lote es de 180 mil pesos y se puede acceder a un crédito para pagar a siete años, en mensualidades de 143 pesos, propuesta que ocupan como “gancho” para convencer a los posibles compradores.
Pese a tratarse a simple vista de terrenos rústicos, sin los servicios básicos correspondientes, el vendedor afirmó que en la zona hay drenaje y alumbrado público, en tanto que para abastecerse de agua potable se puede excavar un pozo.
Asimismo, asegura que no hay riesgos por la presencia del relleno sanitario porque “los predios se encuentran a un kilómetro del tiradero”.
Sin embargo, el relleno sanitario no es el único riesgo de la zona, sino también la presencia de una mina, en la que se utiliza dinamita para romper la piedra que se excava del cerro.
También puedes leer: Revisará la FGE la posible venta fraudulenta de lotes de un predio cercano a la exfábrica Covadonga
En el camino que conecta al relleno sanitario con la mina se observan decenas de mojoneras de color naranja y azul para delimitar predios que se encuentran cuesta arriba en una colina.
En la parte de arriba del cerro se observa maquinaria pesada emparejando el terreno para la venta de los lotes que se comercializan en mil 500 pesos el metro cuadrado.
Se trata de predios que están a 300 metros del relleno sanitario, pero a escasos 100 metros de la mina, cuyos explosivos cimbran el piso.
El anuncio que ofrece los lotes en esta zona señala que también tiene terrenos en Amozoc, San Andrés Azumiatla, La Paz Talxcolpan, Valsequillo, Tepenene, San Pedro Alpatláhuac, Zacachimalpa y Santo Tomás Chautla, donde se encuentra el relleno sanitario.
El 10 de febrero, Rubén Boreau García, director de Protección Civil municipal, informó que docenas de terrenos que colindan con el relleno sanitario de Chiltepeque están siendo habitados pese al riesgo que implica.
En entrevista, tras concluir una reunión con integrantes de la Comisión de Protección Civil del cabildo de la ciudad de Puebla, afirmó que ya se les notificó a 20 personas que deben abandonar el área por el riesgo que corren.
Manifestó que los riesgos de vivir cerca del relleno es inestabilidad del suelo, inhalación de gases peligrosos, posibles incendios y de una posible fuga de lixiviados aunque se cuente con las medidas necesarias, por lo que dijo que se trata de zonas restringidas en las que no debería haber asentamientos.
El pasado 28 de enero, La Jornada de Oriente publicó que en los últimos años el camino hacia el relleno sanitario de Chiltepeque en la junta auxiliar de Santo Tomás Chautla se convirtió en un tiradero clandestino de cientos de llantas de vehículos, así como de cascajo.
En un recorrido por la zona se observó que el tiradero irregular de este material ha reducido el espacio para el arroyo vehicular de la carretera que conecta al confinamiento de desechos, ante la gran cantidad de material expuesto a la intemperie.
La presencia de este material puede observarse desde la intersección del camino que va a la cabecera de la junta auxiliar hasta la entrada del propio relleno sanitario, y está constituido principalmente por tabiques y cemento roto, varillas, desechos de bultos y otros residuos generados por la construcción.
Según testimonios de los vecinos el material llega a cualquier hora del día, pero sobre todo en la noche, a bordo de camiones de volteo que sin más vierten el material en barrancas, líneas de riachuelos secos y sobre todo a un costado de la carretera.