Aunque Víctor Hugo Pérez García, director de Normatividad y Regulación del ayuntamiento de San Pedro Cholula, anunció un operativo que se realizaría el viernes pasado para clausurar el centro nocturno Bikinis eso no ocurrió como consta en videos en poder de La Jornada de Oriente.
Según versiones de los vecinos, el viernes pasado, día en que se realizaría el operativo de Protección Civil y de Normatividad, el establecimiento tomó la decisión de no operar y supuestamente notificaron a sus empleados que esa noche no abrirían.
Sin embargo, esa noche no hubo movilización municipal, la cual se registró hasta este sábado, cuando agentes de Protección Civil se acercaron al lugar tomaron fotografías del establecimiento y posteriormente se fueron sin aplicar ningún tipo de sanción.
Lo anterior a pesar de que en entrevista con este medio de comunicación el propio Víctor Hugo Pérez reconoció que este y otros dos establecimientos ubicados en el bulevar Forjadores violaban los decretos que impiden la apertura de bares durante la epidemia de Covid-19.
Incluso el propio funcionario afirmó que algunos de estos establecimientos buscaron cambiar de giro a restaurante bar para seguir abiertos, sin que el ayuntamiento lo autorizara.
Afirmó que en el caso concreto del Bikinis funciona como centro nocturno, por lo que no tiene permitido abrir ante la contingencia sanitaria.
En un recorrido realizado el sábado por la mañana en la zona, este rotativo confirmó que no había sellos de clausura en sus puertas, condición que también se observó el domingo por la mañana.
Asimismo, el personal del establecimiento quitó una pancarta que pendía del techo con la leyenda “ya abrimos”.
Ese mismo personal entraba y salía del local ubicado en el bulevar Forjadores y realizaba sus actividades habituales sin mayor preocupación.
Sin sanciones de por medio, el Bikinis abrió sus puertas el sábado casi a la media noche después de que Protección Civil realizó su recorrido, aunque con menos ruido que el habitual para no despertar sospechas.
De jueves para viernes el establecimiento también tuvo actividad con un ruido y bullicio similares a los registrados durante todo lo que va de la epidemia de Covid-19.
Incluso los vecinos percibieron dicha actividad como una “represalia” o “burla” de los dueños del establecimiento por las denuncias que han hecho a este medio de comunicación respecto a la violencia generada por la operación del lugar, así como por el ruido que supera tres veces los decibeles permitidos por la normativa municipal.
En esta ocasión los vecinos narraron más hechos relacionados con el bar como supuestas golpizas a comensales que no tienen para pagar las cuentas, lo que deja las privadas aledañas llenas de sangre sobre el asfalto y las banquetas.
Afirmaron que son usuales las detonaciones de arma de fuego, las cuales provendrían de los hombres que se desempeñan como agentes de seguridad del bar, quienes también han retado a golpes a los vecinos que se oponen a su actuar abusivo.
Los centros nocturnos “Valkyria” y el “Candy Strip Club” -antes Manhattan- tampoco tenían sellos de clausura durante el recorrido, a pesar de que han tenido evidencia de operaciones en medio de la epidemia.
Cabe recordar que el pasado 5 de mayo el gobernador Luis Miguel Barbosa Huerta señaló que los ayuntamientos permiten que estos lugares abran sus puertas pese a la flagrante violación a los decretos estatales, lo que evidencia la “corrupción” que hay en dichas demarcaciones.
“Los ayuntamientos permiten el funcionamiento de cabarets y de table dance. Esto es corrupción”, subrayó el mandatario.