La comercialización de vehículos chinos de marcas como MG, GWM, Omoda, Chirey, Byd, Geely, Gac, Sev, Jac, Jetour, Changan, JMC y Baic ha crecido sostenidamente en el país y en Puebla; en la entidad poblana se estima que alrededor de 20 agencias automotrices ya las están vendiendo, principalmente en Puebla capital, pero también Cholula, Atlixco, Tehuacán y Teziutlán. Parte del éxito radica en el precio y en que desde versiones básicas los vehículos traen equipamiento que otras empresas ofrecen solo en las más caras.
Lo anterior afecta sin duda a la industria tradicional y su sistema de proveeduría, generando incertidumbre para los trabajadores. Según Esteban Sánchez Pavón, dirigente del Sindicato Nacional de Trabajadores y Empleados Constantino Sánchez Romano (SNTECSR), las marcas de vehículos chinos tienen una relación precio–calidad contra la que los fabricantes occidentales no pueden competir, lo que está contribuyendo a la inestabilidad en el sector automotriz y causando preocupación entre las proveedoras instaladas en Puebla y en el resto del país, ya que además desde el año 2022 a la fecha se han cancelado cuando menos cuatro proyectos de millones de dólares en esta entidad federativa.
Ante el incremento desmesurado de los precios de los vehículos de las marcas tradicionales, los precios de las marcas del país asiático se vuelven muy atractivos, ya que la fabricación de autos chinos, específicamente los eléctricos, han recibido importantes subsidios del Estado en ese país.
Sin duda las y los trabajadores de las proveedoras laboran en un ambiente de incertidumbre, ya que los paros técnicos de las armadoras impactan en el conjunto del sistema de proveeduría, ya que la industria está inmersa en un proceso de reestructuración asociado a las nuevas tecnologías y competencia territorial.