Ricardo Salinas Pliego, dueño de Tv Azteca, Elektra, Banco Azteca y otras compañías muy diversas, está acostumbrado a pasar por encima de todo lo que signifique normas de convivencia o la misma ley. Tal vez porque ello le ha dado el resultado para llegar a ser el segundo millonario mexicano de la actualidad, con 11 mil 700 millones de dólares, sólo detrás de Carlos Slim.
Sus formas excesivas y autoritarias vienen de lejos.
Recordemos cuando el asesinato del conductor de televisión, Francisco “Paco” Stanley (7de junio de 1999) en un restaurante del Periférico; al poco tiempo salió el mencionado Salinas, en uno de sus canales no sólo a desconocer al gobierno de Cuauhtémoc Cárdenas en el entonces Distrito Federal, sino incluso hizo un llamado para derrocarlo (sic golpista).
Posteriormente, cobró un préstamo que le hizo a Javier Moreno Valle, entonces dueño del canal 40 de televisión, simplemente invadiendo las instalaciones de la estación y quedándose con ellas (27 de diciembre de 2002). Actualmente la televisora se llama ADN.
En la pandemia que estamos sufriendo, donde han fallecido cerca de 100 mil mexicanos y están contagiados casi un millón, ha lanzado exhortos para que la gente salga a la calle, continúe trabajando y desoiga las medidas de las autoridades para que guarden su sana distancia, usen cubrebocas y se queden en casa.
Incluso Javier Alatorre, su conductor principal de noticias, se lanzó contra las autoridades sanitarias.
Sus empresas: Banco Azteca y Elektra- la de los abonos chiquitos y precios a la larga exorbitantes, como en ninguna tienda- estuvieron abiertos mucho tiempo hasta que la Profeco impuso cierto orden.
No obstante, Salinas Pliego tuvo Covid-19, y se recuperó. Seguramente porque logró atención médica excepcional, insistió que no había que temerle a la enfermedad y seguir trabajando como si nada. Las cifras le importaron un comino. La salud de la gente menos.
De repente, lanzó una extraña campaña para regalar un millón de pesos. No dio mayores detalles, pero fue algo muy extraño. Y esto, de realizarse, aunque lo dudamos, es como quitarle un pelo a un gato, ya que su fortuna resulta descomunal.
En este sexenio, al decir de investigaciones periodísticas (revista Proceso), se descubrió que estuvo metido en compras turbias en Pemex, sobre todo en la compra de la empresa Fertinal, con un sobreprecio de 199 millones de dólares. Claro que ha intentado descartarse, pero ya sabemos que los negocios oscuros son parte de nuestra clase política, la cual hasta ahora está sintiendo, debido a la gran labor de la Unidad de Inteligencia Financiera (UIF), encabezada por Santiago Nieto, que puede llegarles la lumbre a los aparejos.
Uno de sus empleados, Daniel Bisogno, quien aparece en el programa de chismorreo, Ventaneando, agredió a un funcionario del actual régimen diciéndole en tuiter: “Pinche jodido muerto de hambre ignorante lamehuevos de un pendejo peor que tú. Eres deleznable pinche descerebrado, compra cuentos de un mequetrefe mientras no tiene ni Pa tragar. Así son los excrementos cerebrales que nacen, viven y mueren en la pobreza absoluta. Imbécil” (sic de la buena prosa y el mejor pensamiento).
La respuesta de decenas de miles hizo que Bisogno ofreciera una “disculpa amplia” a la gente que había ofendido y dijo que se retiraría un tiempo de las redes sociales. Pero, oh, sorpresa, su jefe Ricardo Salinas dijo que todo estaba bien en pos de la libertad de expresión (sic mienta madres), aunque Daniel había exagerado un poco en el lenguaje. Y el locutor agradeció las palabras de su jefazo y dijo que lleva tatuado el nombre de Tv Azteca en el corazón (sic cardiaco).
Un melodrama que ni Mario Vargas Llosa en sus obras lo hubiera considerado por torpe, absurdo y cursi.
Ahora, Salinas Pliego se lanza contra el gobernador Javier Corral, porque éste cerró sus negocios de Banco Azteca y Elektra en Chihuahua, con el objeto de preservar la salud de los habitantes. La respuesta fueron varios reportajes en canal 40 contra el mandatario.
Una muestra más que si no hay restricciones serias, de fondo, tajantes contra los dueños de muchas empresas, en especial las bancarias, las tecnológicas y las de radio y televisión y evitar que hagan los que les venga en gana, el país no avanzará a una mejor democracia.
Por cierto, en este Buen Fin las dos compañías que han recibido más reclamos de los clientes por muchas cuestiones: altos precios, baja calidad, defraudación en lo que ofrecen y más son Walmart y Elektra.
Ambas, por cierto, son las que tienen mayor número de trabajadores en outsorcing.
El capitalismo rapaz, una plaga en nuestro país.