Tercer día de octubre en Cataluña, día de huelga general y de multitudinarias manifestaciones llevadas a cabo como respuesta a las cargas policiales ejercidas por la Policía Nacional y la Guardia Civil el pasado domingo, mientras se desarrollaban las votaciones del referéndum independentista. A pesar de que la mayor concentración se vio en el centro de la Ciudad Condal, estas protestas se extendieron a lo largo de toda la comunidad autónoma. No obstante lo anterior, este fue también el día en el que el Rey de España se ha posicionado ante los recientes hechos con un mensaje nocturno. En Barcelona, las caceroladas se han adelantado una hora para recibir el mensaje real. Con esto, una compleja jornada más cierra en este país o, habría que ir diciendo, en estos países.
La huelga general de hoy había sido convocada desde antes del pasado domingo 1º de octubre, cuando se celebrara el referéndum, por parte de Confederación Nacional del Trabajo, Solidaridad Obrera, entre otros organismos. Con la derrota del gobierno español este domingo, otras distintas entidades, tales como la Unión General de Trabajadores de Cataluña o Fomento del Trabajo, se han manifestado como responsables de dicha convocatoria al paro cívico.
El discurso del Rey Felipe VI fue más o menos lo que en general se esperaba, con un mensaje que apela a la unidad nacional y que, equivalente a lo que hasta ahora ha dicho el Partido Popular y el presidente Mariano Rajoy, responsabiliza a las autoridades del gobierno catalán de incentivar la fractura española. La actitud de este último resulta evidente, dado que es contra las autoridades de la Generalitat contra quienes se pueden establecer confrontaciones mediáticas frontales, aunque sea realmente a la población a la que el pasado domingo fue dirigida la represiva y violenta acción policial.
Sin embargo, es para destacar que el Rey haya, de manera ciertamente sutil o indirecta, seccionado a la población catalana –a la que, por cierto, no ha dejado de llamar española– entre quienes estarían en contra de las recientes acciones adjudicadas por la realeza al Govern y, en otro grupo anónimo, quienes estuvieran a favor. A los primeros les ha invitado a tener esperanza y a estar seguros de que la realeza y el gobierno españoles los protegerán, mientras que los segundos han quedado delicadamente fuera de su discurso. Lo que ahora es menester es revisar cuál de estos dos sectores poblacionales es mayor en Cataluña.