Miembros del Consejo de ancianos de Huehuetla, municipio enclavado en la Sierra Norte de Puebla que convive en cultura con la región totonaca veracruzana, denunciaron que las autoridades municipales han afectado los espacios ceremoniales y rituales de la Danza de los voladores.
Durante una protesta pacífica y la entrega de un documento al secretario de Gobernación de Puebla, Miguel Méndez Márquez, los indígenas miembros de este consejo denunciaron que, en el terreno de la iglesia, donde habitualmente se ubica este espacio ceremonial, se está construyendo un andador turístico.
El presidente del Consejo de ancianos, José Santiago, el representante legal Mateo Sánchez y el juez indígena Manuel Aquino denunciaron que con el aval del presidente municipal Rafael Lara Martínez, un grupo de cuatro vecinos se quiere apropiar de dichos terrenos “haciendo escrituras a sus nombres y aprovechando a un presidente que los apoya”.
Lo grave, señalaron ante representantes de los medios, es que esos terrenos no pueden ser privatizados al ser de uso común y tradicional, en los que además se preserva el uso comunitario con la siembra de maíz nativo y sus variedades.
“Dicen que es su propiedad, pero los documentos que tienen no llegan a donde está la barda, que es donde quieren apartar para hacer el andador… el presidente (municipal Rafael Lara) sabe a dónde llega”, dijeron.
Acotaron que al ser miembros del Consejo y al ser vecinos nativos de Huehuetla, les lleva a conocer los límites y el uso de dicho espacio, y que “el presidente no es de ahí, por eso desconoce” dicha información.
“Ya rascaron, ya hicieron el terraplén. Ya le platicamos al presidente el jueves pasado. Dijo que pues lo va a hacer porque el proyecto existe de hace años. ¿Por qué no lo hicieron los otros presidentes y por qué ahora lo están haciendo?”, cuestionaron.
José Santiago, Mateo Sánchez y Manuel Aquino consideraron incluso que con esta decisión no se esta respetando al Consejo de ancianos, integrado por alrededor 30 miembros que proceden de diversas comunidades del municipio de Huehuetla, cuya población es por lo menos 85 por ciento indígena.
Recordaron que, hace unos 30 años, ya había ocurrido algo similar en el llamado curato viejo otro grupo de “mestizos” se había apropiado del espacio.
