Mole de guaje rojo de Tepexi de Rodríguez y Varitas de corazón agrio en frijoles de Cuetzalan del Progreso son las dos recetas elaboradas por colectivas de mujeres de Puebla que resultaron ganadoras de la convocatoria ¿A qué sabe la patria? 2025, emitida por la Secretaría de Cultura (Scult) federal.
“Detrás de cada receta hay generaciones de mujeres que han mantenido vivas las tradiciones”, destacó Feliciana Gámez Jiménez, la representante del Colectivo Mujeres con Sabor Nguiva, de Tepexi de Rodríguez, a nombre de las ganadoras durante la ceremonia de premiación realizada en la plaza Jacarandas del Complejo Cultural Los Pinos, en la Ciudad de México.
“El mole de guaje rojo es nuestra herencia viva, es el testimonio del maíz que crece bajo el mismo cielo que nos vio nacer, del guaje que se recolecta con respeto a la tierra, los saberes que legaron nuestras abuelas, nuestras madres, quienes nos enseñaron que alimentar no es sólo nutrir el cuerpo, sino también el espíritu y la comunidad”, dijo al agradecer el reconocimiento.
Desde la Sierra Norte de Puebla, Leoba Bernardina Ginés González, representante de la Colectiva Tonal Xochimej / Flores del Sol, de Cuetzalan del Progreso, reivindicó el valor de los ingredientes locales en la preservación de la salud y la memoria.
“Esta comida de varitas de corazón agrio está hecha con ingredientes de la región como el frijol, el ajonjolín y quelites de piedra. Todos estos ingredientes se cultivan en la región, aportando nutrientes para nuestro cuerpo y dando salud. Esperamos que no se pierdan nuestras tradiciones y costumbres. Tazokamati Miac, muchas gracias a todos y que disfruten”, dijo en el marco de la ceremonia de premiación de la quinta edición de la convocatoria.
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Al dar la bienvenida, la directora del Complejo Cultural Los Pinos, Elisa Lemus Cano, destacó que la iniciativa trasciende lo gastronómico para convertirse en un espacio de memoria y resistencia cultural.
“Lo que celebramos aquí va mucho más allá de los sabores y los saberes de la cocina de México. Este proyecto nos abre la puerta a los universos populares que sostienen las cocinas, que es de lo que estamos hablando el día de hoy. Cada platillo es memoria, es territorio y sobre todo es la voz de las comunidades que lo portan… la cultura, y en particular la cultura alimentaria, es un derecho”.
Por su parte, el titular de la Unidad de Culturas Vivas, Patrimonio Inmaterial e Interculturalidad (Ucuvi), Diego Prieto Hernández, evocó la dimensión histórica de los alimentos en la construcción de la nación.
“La patria sabe a milpa y chocolate, sabe a flores y cantos, sabe a maíz, frijol y calabaza… la patria sabe a chiles, a muchos chiles verdes, rojos, naranjas o amarillos, frescos, secos o pasados… la patria es un universo de sabores que ahora celebramos con las compañeras que han sido reconocidas por su talento gastronómico, a las cuales vamos a honrar no solo como cocineras talentosas, sino también como representantes de su comunidad, su pueblo y su tradición”.
La bióloga Mahelet Lozada Aranda, integrante del Comité Dictaminador, subrayó la complejidad del proceso de selección, ya que cada propuesta expresaba biodiversidad y tradiciones únicas. Compartió que, al evaluar los materiales enviados, tomó frases de las propias cocineras para sintetizar la esencia de sus recetas:
“El concurso honra a quienes han cocinado con el alma, desde la tierra y para los suyos, porque la patria sabe a campo, a unidad y a tradición. En cada olla, en cada tortilla, en cada guiso, los ingredientes empleados son historia, identidad y cariño… lo que vamos a degustar hoy no solo alimenta el cuerpo, sino también la memoria, la identidad y la resistencia”.
Además de las colectivas de mujeres de Puebla, los otros tres primeros lugares fueron para las cocineras Hñähñu de Maguey Blanco, de Ixmiquilpan, Hidalgo, con su receta Flores del cerro en penca con salsa de nopales; el grupo Cocineras de Rancho Grande, de San Juan Bautista Valle Nacional, Oaxaca, por su receta Tamales de hongos con atole de pataxte; y la colectiva Ix Yoko Cheraj Ono’ K’ux, de Nacajuca, Tabasco, por su receta “Ono’ k’ux: patëlwaj dok ja’as de ibam dok mat’z / Comida ancestral: tamal torteado con plátano, de pejelagarto, con atole de maíz con cacao.
En cambio, las menciones honoríficas fueron para las recetas Onsikil Bu’ul/Pipián de frijol, del grupo Maya Kool/Milpa (Calkini, Campeche); El sabor de mi pueblito, de la Colectiva de amaranteras Tlalli Iyollo Saberes y Sabores del Campo (Tláhuac, Ciudad de México); Tapau con huevo, de la colectiva Manos Negras (Copala, Guerrero); Tamal de ayonanacatl o Tamal de hongo de chilacayote, de la colectiva Milli Cocina de Maíces (Calpan, Puebla); y Guisado tradicional pascal, de la colectiva Sihuatán (Coahuitlán, Veracruz).
Además del reconocimiento, las colectivas que obtuvieron los cinco primeros lugares recibirán un incentivo económico de 100 mil pesos y las menciones honoríficas de 20 mil pesos.
Al finalizar la premiación se realizó la degustación de las recetas reconocidas en las Cocinas de humo del Cencalli.
En la quinta edición de la convocatoria ¿A qué sabe la patria? participaron 80 colectivas de 17 entidades del país: Aguascalientes, Baja California, Campeche, Chiapas, Ciudad de México, Estado de México, Guerrero, Hidalgo, Jalisco, Michoacán, Morelos, Oaxaca, Puebla, Quintana Roo, Tabasco, Tlaxcala y Veracruz.
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