Hasta 80 asaltos al día se llegan a cometer en contra de transportistas que circulan por el estado de Puebla. La vigilancia de la Guardia Nacional (GN) no solo es deficiente sino que hasta es probable que haya colusión de los agentes con delincuentes, indicaron Ángel Navarro Estrada y Verónica Carbarín Martínez, dirigentes de la Federación de Transportistas Mexicoamericana de Carga, Pasaje y Turismo (Fetramex) y del Sindicato 20 de Noviembre, respectivamente.
Ambos líderes coinciden en que entre las carreteras más peligrosas para circular están la México-Puebla y la Amozoc–Perote.
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Navarro Estrada apuntó que todos los días tienen conocimiento de entre 70 y 80 asaltos, pero la cifra seguramente es mayor, ya que hay algunos que no se reportan ni a las agrupaciones ni a las autoridades.
Sostuvo que, a diferencia de lo que dicen las estadísticas oficiales, los atracos van en incremento, aunque no estimó en qué medida.
Los camioneros y traileros tienen temor de circular por las carreteras estatales y federales, como la Cuacnopalan-Oaxaca y las que atraviesan por Tecamachalco, Esperanza y Tepeaca, dijo.
También comentó que hay pseudolíderes transportistas que, por así convenir a sus intereses, en reuniones con las autoridades no denuncian el alto nivel de delincuencia y todo a lo que se enfrentan choferes y dueños de unidades pesadas en esta entidad federativa, lo que genera que el gobierno no reaccione de forma eficaz.
“No sienten los madrazos y hablan de acuerdo a la conveniencia, pero realmente los que tenemos transporte sí nos pega, los que somos en verdad transportistas, sí nos molestan. Claro, nos reciben, nos atienden, pero no resuelven”.
Ángel Navarro manifestó que es posible que la Guardia Nacional esté coludida con los asaltantes: “No lo puedo constatar porque no dan recibo, pero dijera Juan Gabriel, lo que se ve no se juzga, no se pregunta”.
Al respecto, Verónica Carbarín, secretaria general del Sindicato 20 de Noviembre, mencionó que han tenido casos en los que a pesar de que las patrullas de la GN pasan justo al momento de un asalto o después del mismo y los choferes piden ayuda, son ignorados por los agentes de dicha corporación.
“Se hacen señas de lo que está pasando, no hay respuesta, se hacen de la vista gorda”, reprochó.
En este año, han sido cuatro unidades las que han robado a integrantes de la organización gremial que aglutina a transportistas de materiales de construcción, cada una con valor estimado de entre 800 mil y 1 millón 200 mil pesos.
Solo una fue localizada, pero la dirigente subrayó que no fue con apoyo de las autoridades, sino que los mismos agremiados pudieron dar con el paradero.
La lideresa reconoció que no siempre denuncian los robos, debido a lo burocrático que resulta hacerlo y porque, en caso de que la unidad sea localizada, pasan hasta seis meses para que el carro sea bajado de la plataforma de vehículos hurtados.
Carbarín Martínez también relató que el modus operandi que han detectado en la México-Puebla y la Amozoc-Perote, dos de las más peligrosas del estado, es que en la noche circulan camionetas que utilizan luces similares a las estroboscópicas, desde las cuales se marca el alto a los camioneros y estos se detienen pensando que son patrullas, pero en realidad son delincuentes.
Por otra parte, transportistas de la zona de Ixcaquixtla, que pidieron se resguardara su identidad por temor a ser víctimas de criminales, indicaron que los robos están a la orden del día y regularmente se perpetran entre 5 y 8 de la mañana, pero también ha habido casos a mediodía.
Regularmente es un atraco cada tres días, pero ha habido periodos en los que son diario, ya sea a camiones de carga, incluyendo los que transportan productos del campo para la central de abasto de Huixcolotla, a camionetas repartidoras, unidades del transporte público o automovilistas.
Los choferes comúnmente son aventados en un canal de riego de ese municipio. Hasta ahora ninguno ha sido asesinado, pero la mayoría son golpeados y despojados de sus pertenencias y calzado para que no pidan ayuda con facilidad.
Mientras que los vehículos son desvalijados y algunos remarcados para venderlos en otros municipios o estados.


