Contradictoriamente mientras una parte de la población padece hambre una cantidad nada despreciable de alimentos se desperdicia. Frente a esa realidad existen diversas iniciativas que mediante una labor caritativa generan acciones buscando mitigar la pobreza alimentaria de aquellos que no tienen los recursos propios para hacerlo y que reflejan las desigualdades existentes en nuestra sociedad.
Según la información brindada por el director de la Fundación Cáritas, José Miguel Rojas Vertiz Bermúdez, el problema del desperdicio y el hambre en el estado es más grave de lo que se piensa, acentuado en las principales zonas urbanas, el cual prevalece en la ciudad de Puebla y su zona conurbada, donde se registra la mayor necesidad de alimentos. En Puebla, 30.4 por ciento de la población estatal, es decir 1.7 millones de personas, aproximadamente, padece de pobreza alimentaria, mientras que a diario se desperdician en la entidad 2 mil toneladas de alimentos.
La mayor parte de los alimentos que se desechan en Puebla provienen de la Central de Abasto, mercados, restaurantes y empresas de alimentos, con algunos de los cuales la Fundación Cáritas tiene convenios para rescatar entre 3 y 4 por ciento de los mismos y entregarlos a personas de escasos recursos a través de despensas o comida preparada en ocho comedores comunitarios, brindando así atención a un promedio semanal de 170 mil personas.
Esta labor caritativa está inmersa en la búsqueda más amplia que muchas familias realizan a diario para conseguir sus alimentos y que implica pepenar en los centros de abasto en gran o pequeña escala los desechos que día a día se tiran y que están en buen estado, pero no cumplen con los estándares para ser comercializados.
Lo anterior debería ser la base de programas más amplios, en el marco de las políticas públicas y como parte de una estrategia nacional en el combate a la pobreza alimentaria, que permitiera garantizar la alimentación para aquellas personas y familias que solas no pueden hacerlo y al mismo tiempo permitiría reducir el desperdicio de alimentos. La posibilidad de habilitar comedores comunitarios por colonias y comunidades que así lo necesiten implica una labor coordinada entre la población y las autoridades, que deben brindar los recursos y logística operativa para que estos proyectos funcionen. Hay un gran potencial para enfrentar y reducir la pobreza alimentaria prevaleciente, solamente se necesita la decisión política de hacerlo.