Las viejas y decadentes clases dominantes en América Latina y el Caribe, incluida la de México – claro está-, persisten en afianzar en los pueblos la sumisión al capital y la lógica de la acumulación, pero además intensificar las otras formas de subordinación del trabajo y de las relaciones humanas a la ley del valor, por mecanismos financieros y jurídicos, que consensados con el imperialismo son dirigidos hacia el despojo y las guerras fratricidas, provocando en los pueblos y las naciones mayor sufrimiento y miseria, pero también la conciencia de que tod@s afrontamos el mismo enemigo, de una manera u otra.
Así, entonces; surgen las resistencias, y hoy explican las convergencias de actores populares reunidos para fortalecer las protestas, para intercambiar experiencias, o para, -como hoy en América Latina y el Caribe-, construir alternativas revolucionarias hasta el campo político.
Lo “nuevo” en América Latina, es que; más allá de los encuentros y de los intercambios, las circunstancias se van traduciendo en proyectos políticos de soberanía, autonomía e independencia, pero de raigambre popular, estos, con objetivos comunes, sin pérdida de identidad, y por la vía de redes de actores.
Los pueblos movilizados desde muchos actores colectivos, intervienen en objetivos concretos, contra el saqueo, el despojo, los feminicidios, o por el derecho a la vida, a la tierra – entre otras demandas-, y en la idea de avanzar – desde las diferencias-, y -aunque las prioridades sean diferentes-, empezar a construir un nuevo sujeto histórico, plural y diverso, pero portador de aspiraciones libertarias y altamente cualitativas para nuestra humanidad.
Las nuevas experiencias políticas en el Continente, plantean también problemáticas, y las clases subalternas adoptan hoy posiciones críticas no solamente, por los “métodos de lo nuevo”, sino por sus metas.
Parte importante de “la vieja izquierda”, much@s con alta sensibilidad social y larga experiencia en las luchas populares, “se torció”, y se convirtieron en “asalariados del poder”, a quien hoy responden, l@s mejores, se niegan a continuar la tradición caudillista de la historia del continente, o/ a mantenerse como partidos políticos, instrumentalizando los movimientos sociales.
Del lado de los pueblos, hoy juegan como “motores”, libertad e igualdad, pero para reactivar la lucha de clases, para un proyecto político (anticapitalista), alternativo, que exige nuevos actores, medios y estrategias para poder avanzar consistentemente como pueblos, como herman@s, guiados por el llamado a la verdadera integración, destacando la lucha por la paz, la educación, y contra el despojo, como herramientas fundamentales en este momento político que vivimos en nuestro continente.
La rica y diversa historia de luchas que hoy se da en NuestraAmérica, ocurre en un nuevo y complejo contexto histórico, y se podrá avanzar más en la medida que promovamos más el intercambio de experiencias, ideas e interpretaciones sobre la actual etapa, y para señalar una plataforma de acciones unitarias alrededor del programa anti-neo-liberal, democrático y progresista en el Continente.
Entablar un debate fraterno sobre las diferentes realidades de cada país, sus limitaciones, y la correlación de fuerzas locales para permitir la implementación de un proyecto de cambio más profundo, de carácter nítidamente antiimperialista, será motivo del Encuentro Internacional de Resistencias Populares de América Latina y el Caribe, México: Recolonización y Resistencias.
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