En medio del terror que desatan las guerras contra los pueblos -entre las cuales las más señaladas se dan entre la OTAN contra Rusia en Ucrania y entre Estados Unidos e Israel contra Palestina y ahora contra Líbano y Siria- el mundo padece las amenazas múltiples de Donald Trump en su vuelta al gobierno del principal enemigo de la humanidad, el imperialismo yanqui.
Entre guerras y despojos, México está incluido y subordinado en la esfera de dominio geopolítico y militar de Estados Unidos, con un tratado el T-MEC que lo ata económicamente a la lógica de las empresas transnacionales estadunidenses y canadienses y sus contradicciones en la política de sus gobiernos. Las amenazas de Donald Trump y el oportunismo económico del gobierno de Canadá agravan su debilidad económica, no solo atentando a su lugar de exportador maquilador que deja que la inversión extranjera tenga cuantiosas utilidades, pero sin empleos con salarios dignos y con precariedad en las condiciones de trabajo. Ahora se juega el crecimiento económico y su proyecto por relocalizar en ciudades industriales más empresas para que produzcan a bajo costo mercancías para el mercado de Estados Unidos, pues esta es una de las líneas de política económica proteccionista que a Trump se le ocurre para volver “Más fuerte a América”.
Y nada mejor para Trump que usar como tenaza otros dos grandes factores de la dependencia mexicana:
La migración: México al ser paso y origen de migraciones forzadas por la miseria y las violencias que incluyen la de buscar un sueño vuelto pesadilla en el país del Norte, al menos se ve venir la deportación masiva de migrantes mexicanos y extranjeros; la presión en las fronteras y en el interior del territorio de nuevas olas migratorias desde el sur; la división de las familias mexicanas que al ser deportadas traerían no solo una baja en las remesas de dólares, sino una presión por el empleo y las condiciones de vida digna que los paisanos merecen. Y todo volviendo a exigir el uso de las fuerzas armadas para cerrar las fronteras mediante la contención y deportación de migrantes al pisar el suelo mexicano.
El narcotráfico y el crimen autorizado que Trump y su pandilla llaman terroristas: México también es paso y origen del tráfico de las mercancías del crimen de narcóticos, personas y de órganos humanos, que tienen su mercado en Estados Unidos y que son enlaces múltiples de las cadenas del macro crimen con cárteles en ambos países y que animan además el mercado de armamentos y las ganancias de los bancos que lavan el dinero. El aviso de Trump se centra en el trasiego y elaboración de fentanilo, droga de alta peligrosidad y mucha ganancia, ante lo cual anuncia a intervención policiaca, judicial y militar en sitios mexicanos para detener al crimen autorizado y que aprovechan a su modo los gobiernos mexicano y estadunidense.
La respuesta del gobierno de México a las amenazas repite la fórmula ante la misma bestia gringa: “Negociar” porque se dice que somos en lo económico los mejores socios de los Estados Unidos, diciendo que los beneficios a México, Canadá y estados Unidos son notables, sin hablar que el T-MEC no se traduce en crecimiento económico con justicia social ni con creación de empleos y salarios dignos para México. La reinversión de utilidades de las empresas extranjeras en México es la más alta desde 1994, lo cual muestra que quienes se han beneficiado como nunca, son los bancos y las transnacionales, y que el T-MEC es el núcleo neoliberal capitalista, que beneficia al capital extranjero y a sus grandes socios locales que han acumulado riqueza al son de las exportaciones y de los servicios y megaproyectos de infraestructura que el Estado mexicano ha provisto para aprovechar el T-MEC pues, como lo han dicho López Obrador y la actual Presidenta: “así se fortalece a Norteamérica” frente a la competencia con China.
Pero con sonrisas, cartas y llamados a coordinarnos, Trump y su gabinete de fascistas no se conmueve y maneja lo que le dicen a su conveniencia.
¿Volverá Trump a tener en Marcelo Ebrard al más solícito servidor del plan yanqui en este país? Porque hoy Ebrard es el primero que levanta el cartel de “cerrar filas” con la presidenta y con México. La vuelta de la demagogia priista de Unidad Nacional a toda costa. La presidenta no ve al corto plazo ni guerra de aranceles, ni levantar banderas, pero es fácil esperar que su partido Morena, que no es ningún a fuerza social realmente movilizada para causas populares ni antiimperialistas, convoque a grandes manifestaciones “en defensa (de los intereses de la clase dominante) de México”.
Lo peor es que el escaso movimiento organizado independiente y anticapitalista, ha perdido mucho de su tradición antiimperialista, apenas rescatada con las manifestaciones solidarias con Gaza ante el genocidio del pueblo palestino. Pero no más.
De modo autocrítico, se ha hecho muy poco por la solidaridad organizada con los migrantes la unidad de organizaciones de lucha con los y las trabajadoras mexicanas en Estados Unidos. Tampoco es fuerte la resistencia en las regiones maquiladoras y es pequeña o esté en reflujo y acosada la defensa ante el crimen autorizado que como fuerza paramilitar sirve también contra las luchas populares y comunitarias independientes.
Actuar en consecuencia organizados desde abajo contra el imperialismo y sus socios locales, sin metas patrioteras, ni supeditación al T-MEC. La liberación de nuestros pueblos es el objetivo.
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Autonomía y libertad
Oscar Ochoa
Ante las nuevas formas de gobernanza, que no son otra cosa que las modalidades de gestión del capital para favorecer la acumulación militarizada y su crecimiento global, los pueblos, comunidades y colectivos autogestivos han retomado aquello que la memoria colectiva les ha permitido atesorar: la experiencia política.
Bien han entendido las viejas estratagemas del cómplice del ladrón que cuando en la calle grita “¡Al ladrón!” espera que todos corran en la dirección que éste apunta, ayudando a escapar al verdadero criminal. Y sabiendo que esto aplica también para los gobiernos actuales, cuando sus funcionarios acusan a las pasadas administraciones de neoliberales, entienden que entre ellos y los empresarios multimillonarios opera esta misma lógica de encubrimiento y disimulo que permite el despojo de los bienes comunes en perjuicio de todos ellos, en beneficio de unos cuantos.
Estos pueblos, comunidades y colectivos han experimentado en carne propia que el capitalismo es el enemigo a vencer, y que cualquier otra fórmula que lo pretenda moralizar, mitigar, atenuar, o minimizar es una trampa política bajo otro nombre, pero un mismo resultado: una economía lesiva para muchos y benéfica para muy pocos
Bajo la lógica del capital, todas las propuestas que se ufanan de ser el cambio no rebasan el horizonte radical de una transformación sustantiva; incluso eliminan de su diccionario la palabra revolución por su naturaleza tan radical para estos tiempos tan globales, y optan por palabras tan abstractas como transformación.
Frente a las mentalidades obtusas que no distinguen más que una injusticia eterna, donde unos pocos siempre están arriba y otros muchos siempre abajo, quedan dos palabras que son inaudibles para ellos por la vida que encierran: autonomía y libertad, palabras hermanas que se entremezclan y potencian.
Autonomía es la capacidad del gobierno propio, de resolver la vida en colectivo y en lo individual, algo cercano al ideal libertario hecho realidad social con muchas sus circunstancias y en muchas de sus manifestaciones, a lo largo de la historia: desde los pueblos ancestrales hasta los sindicatos independientes y las colonias populares.
Libertad es la capacidad de actuar de acuerdo con la voluntad propia, sin la imposición de externos en la toma de decisiones; siendo la voluntad colectiva la cuestión más importante en la vida política. De los conflictos, los consensos y disensos, y del diálogo y las alianzas está hecha la naturaleza humana. En este caso la historia política tiene sus enseñanzas a precio de sangre: guerras, batallas, levantamientos y movimientos que se autoorganizan para darse la forma, dinamismo y contenidos colisionan, eclosionan, se fusionan y fisionan bajo las fuerzas de lo social, transformando los vínculos sociales y la realidad misma.
Sólo basta decir que la palabra la tienen los migrantes, las familias buscadoras de sus seres desaparecidos, las colectivas feministas, los trabajadores del campo y la ciudad que están formando sindicatos, los refugiados, los defensores del territorio bajo guerras de todo tipo: económicas, políticas, armamentísticas, y todos los que respiramos estos aires enrarecidos por el triunfalismo de liberales y conservadores.
Canadienses se llevan riqueza de México por casi nada. Y regatean impuestos
Por Dulce Olvera y Montserrat Antúnez
(Sin embargo/ Extracto).– La extracción de oro y plata de los más de 300 proyectos mineros de Canadá expandidos por el territorio mexicano ha causado devastaciones ambientales y sociales en las comunidades. Pese a las ganancias para las mineras canadienses y los daños para México, amparadas en el T-MEC, sólo aportan al año menos del 1 por ciento de los ingresos por impuestos totales y el 0.62 por ciento del empleo asegurado, de acuerdo con cifras oficiales analizadas por la organización Engenera. Incluso First Majestic Silver inició hace tres años un arbitraje contra su adeudo de 180 millones de dólares al SAT.
Recientemente un grupo de políticos canadienses sugirió al Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, expulsar a México de este tratado firmado desde los noventa y formar entre ellos un acuerdo bilateral. Sin embargo, el entonces TLCAN junto con la Ley Minera (1992) de Carlos Salinas de Gortari es el andamiaje jurídico que ha dado enormes facilidades y privilegios a las mineras transnacionales, principalmente las canadienses y estadounidenses.
“El T-MEC ha favorecido a las empresas canadienses desde 1992 porque el marco regulatorio en México se modificó alineado con el TLCAN (ahora T-MEC). Ahí se establecieron beneficios para que pudieran acceder al agua, al territorio, reducción de trámites, que no tuvieran que realizar procesos ambientales y de consulta indígena. Toda la Ley Minera de 1992 se adecuó con los estándares del T-MEC para facilitar y favorecer la inversión extranjera canadiense y estadounidense. Antes del T-MEC no había todo este conflicto social, asesinatos de defensores, quejas por uso de territorio y agua”, aseguró Beatriz Olivera, directora de Energía, Género y Ambiente (Engenera).
Y agregó: “Sí hay un antes y un después con el T-MEC porque todo el andamiaje nacional se tuvo que adecuar a este tratado. Ahora que se cambian las reglas con una nueva Ley Minera (2023) empiezan a surgir inconformidades de las empresas porque se exige mucho más, se les demanda que cumplan con requisitos mínimos ambientales, administrativos y sociales. Los beneficios que ha dejado la minería canadiense con el T-MEC son mucho menores que todos los impactos que no se han logrado cuantificar”.
La Dirección General de Desarrollo Minero de la Secretaría de Economía reporta 166 empresas con capital extranjero operando en México, de las cuales 73.5 por ciento corresponden a capital canadiense y 10.2 por ciento a capital estadounidense. Esta Dirección registra 399 proyectos en exploración, desarrollo o producción de mineras canadienses.
En Sonora, donde se ubican 117 del total de proyectos canadienses, operan las mineras Alamos Gold, First Majestic Silver, First Mining Gold, Pan American Silver Corp, entre otras. Beatriz Olivera, con la información de la Cuenta Pública, expuso que la industria extractiva aporta ISR y derechos por minería en montos muy reducidos e incluso deduce el IVA.
“El argumento que ocupan es que hay una gran contribución al fisco y que (las mineras) benefician al país y pero los aportes que hacen a las finanzas públicas son mínimos, son reducidos. A eso se tiene que añadir la evasión fiscal. Hemos revisado que las contribuciones de la extracción de minerales, que principalmente son oro y plata, han sido entre el 0.56 por ciento desde 2018 hasta el 0.91 por ciento en 2024; ese es el aporte en porcentaje respecto a la recaudación total del Gobierno. No llega ni siquiera al 1 por ciento. Si revisamos los aportes que hacen por IVA, logran grandes deducciones de este impuesto. De 2018 a 2024, se les ha devuelto el IVA así lo marca la ley”.
Los empleos que las mineras generan en el país representan menos del uno por ciento de los trabajos con seguridad social a nivel nacional, de acuerdo con datos de la Secretaría del Trabajo y Previsión Social. Olivera resaltó que si bien estados como Sonora, Zacatecas, Durango y Chihuahua, que son los principales centros productores de oro y de plata donde operan las mineras, tienen beneficios económicos temporales, a la par deben lidiar con problemas como la contaminación ambiental.
“El empleo que aportan las industrias extractivas es 0.62 por ciento del empleo asegurado en el país. Otros sectores aportan como el comercio el 20 por ciento del empleo, la construcción el 7 por ciento, la industria de la transformación el 28 por ciento, las industrias extractivas, incluso si incluyen el petróleo y el gas, y a nivel nacional el empleo que dan las empresas mineras en México representa alrededor de 160 mil puestos más o menos, pero en términos de empleo con seguridad social, también es menos del 1 por ciento en el país”.
“No hay enemigo invencible cuando la voluntad popular de combatir se organiza, crea los instrumentos y la dirección capaz de conducirlo a la victoria.”
Lucio Cabañas Barrientos (1939-1974)
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