Guillermo Raúl López, el joven que en diciembre de 2023 desapareció tras acudir a Chachapa a visitar a su amigo Ulises N., fue asesinado y desaparecido por instrucciones de este último, aunque su cuerpo aún no es localizado.
Desde la desaparición de la víctima, hace más de un año, su familia aseguró que el culpable era su amigo, ya que Raúl le prestó una motocicleta por varios meses, a fin de probarla pues se la iba a vender, pero, al ver que el negocio no se concretaba, se la pidió de regreso, lo que pudo provocar una venganza.
Sin embargo, las autoridades no saben con certeza qué motivó a Ulises N. a ordenar el asesinato de Raúl, de 28 años de edad.
La Fiscalía General del Estado (FGE) emitió este martes un comunicado con el avance de la investigación del caso.
El organismo detalló que Ulises N., quién se encuentra en prisión preventiva desde el año pasado, ordenó a otro hombre, identificado como Gerardo N., que asesinara y después abandonará el cadáver de su amigo en la barranca de nombre “Mirtos”, pero el cuerpo no ha sido localizado.
La Fiscalía detalló que, después de que Guillermo Raúl acudió a la casa de Ulises N., en Chachapa, para venderle una computadora, salió de este lugar y fue interceptado por Gerardo N., quién le disparó y después aventó su cuerpo a la barranca.
El presunto autor material del crimen ya fue detenido, en Amozoc, y puesto a disposición de las autoridades.
Guillermo Raúl salió la tarde-noche del 28 de diciembre hacia la junta auxiliar de Chachapa en Amozoc, a la casa de Ulises pues iba a venderle una computadora pero al llegar a ese domicilio su celular dejó de aportar datos sobre su ubicación aunque, de acuerdo con su hermana, Carla, él nunca dejaba de compartir esa información con su familia e incluso antes de salir de su hogar les pidió que le fueran “echando un ojito”.
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De acuerdo con la investigación, Guillermo sí entró a la casa de su amigo –a quién conoce desde hace 10 años–, y ya ahí este le dijo que no tenía el dinero suficiente para comprar el aparato, situación que el joven comunicó a sus familiares y después no se supo más de él hasta la fecha.
Otros datos que la Fiscalía corroboró fue que los dos teléfonos celulares que la víctima portaba el día que desapareció, dejaron de aportar información sobre su ubicación cuando se encontraba en el interior de la casa de Ulises.