Más que desde una visión de la historia o la historia del arte, el libro Francisco de Paula de los Reyes Morales Van den Eynden, académico poblano del siglo XIX explora a este prolífico pintor desde el punto de vista antropológico para valorar su obra como parte del patrimonio y la cultura de Puebla.
Autoría de la antropóloga de formación Guadalupe Prieto Sánchez, el libro rescata la figura de este pintor al que se le quiso borrar de la historia pero que, con su obra, constituye un ejemplo clave de la cultura artística de su época, que incluso fue equiparado por Guillermo Prieto con el pintor costumbrista Agustín Arrieta.
Durante una presentación en el Museo de arte religioso ex convento de Santa Mónica, la investigadora señaló que del pintor “estaba completamente olvidado” de los estudios y la historiografía local, pues si bien es reconocido en su natal Atlixco en donde nació el 4 de enero 1811 y falleció el 29 de diciembre 1884, hacía falta reconocerlo de manera seria y académica.
“En Atlixco les interesaba mucho porque ahí nació, ahí lo reconocen y es en donde más homenajes y reconocimiento se le ha hecho, mientras que en Puebla estaba completamente olvidado”, expuso acompañada por los investigadores Adriana Rojas Córdoba, Arturo Córdova Durana y Agustín René Solano Andrade.
Mencionó que si bien Francisco de Paula de los Reyes no fue autor de muchas obras originales pues principalmente copiaba obras, su legado forma parte del patrimonio y la cultura en general.
De él, añadió, queda el registro de 606 páginas de dibujos en cuatro de los seis esquicios y en el quinto un total de 635 dibujos, 200 miniaturas y una cifra que va de los mil 800 a tres mil obras identificadas por diversos autores, por lo que es necesario rescatar su figura.
En ese sentido, señaló que algunos investigadores creen que el estudio del siglo XIX en México solo es importante en los aspectos sociales, económicos y políticos, no lo cultural porque se tiene una idea “de que se trata de una mal imitación de lo vivido en Europa”.
Es postura, añadió Prieto Sánchez, “ha limitado las investigaciones y el conocimiento de aquellos personajes mexicanos que con su obra mantuvieron viva la actividad artística de ciertos sectores de la población y que de una u otra forma permanecen en la historia inédita”.
Por tanto, en su libro Francisco de Paula de los Reyes Morales Van den Eynden, académico poblano del siglo XIX, la autora busca “acercar al conocimiento del pintor y su obra”, a través de un “trabajo somero que espera servir para futuras investigaciones”.
En este caso, abunda, la investigación se presenta en cuatro partes: la primera un esbozo del pintor, su físico, su fecha de nacimiento, ascendencia y árbol genealógico, sobre sus habitaciones en Atlixco y Puebla, y la herencia de su abuelo Ignacio; y la segunda, su ingreso a la Academia de Bellas Artes de Puebla, como alumno y miembro de la Junta de Caridad, así como su separación.
En la tercera se hacen precisiones sobre los tomos que tituló como Esquicios, además de que se revisan conceptos como original, copia, imagen, retrato y la crítica de su tiempo; y en la cuarta, se menciona su incursión al retrato y a las miniaturas, así como la ubicación de algunas de sus obras en iglesias de Puebla y otros estados.
El volumen editado por la Secretaría de Cultura estatal en la colección Puebla heroica cierra con cuatro anexos: con las conversaciones de Francisco Morales y Guillermo Prieto; la carta que incentivó a Bernardo Olivares a escribir sobre el arte en Puebla; un fragmento de las Cartas sobre el conocimiento de las pinturas originales y de las copias publicadas en el semanario El Museo Mexicano; y una línea del tiempo elaborada conforme a lo contenido en la investigación.