Créase o no, el Puebla venció a domicilio al América. Un domicilio de alquiler, allí al ladito de la Plaza México, pero domicilio al fin. El gol cayó en el momento más oportuno (Castillo, 74´). Y de ahí en más, a aguantar y sufrir. Incluidos en el calvario esos diez minutos de compensación de que goza el América siempre que va perdiendo.
Razonablemente, Chepo de la Torre planteó su partido a la defensiva. Pero no dentro del conservadurismo de moda, la famosa posesión, con su jueguito lateral y retrasado a destajo. No. El sábado, el Puebla llevó a la capital el procedimiento antiguo –el Chepo ya no se cuece al primer hervor–, aquel de todos atrás y a despejar balones a donde sea. Con eso tuvo para sobrevivir a la tibieza de un América lento y sin inspiración, con apenas alguna insinuación creativa de Diego Valdez, un Fidalgo predecible que entró para el segundo tiempo y un Henry Martin más dado a reclamar que a jugar. Eso fue el partido y con eso le bastó a la Franja para sacar los tres puntos.
Cabe, por supuesto, el justo elogio a la entrega y aplicación de los hombres de De la Torre, desde el Wacho Jiménez hasta el debutante Rodrigo Pachuca, que entró a jugar los minutos finales por un desfallecido Ferrareis, quien, como sus compañeros, había dejado en la cancha hasta el último aliento.
Era Trelles. De cualquier forma, la victoria del Puebla me recordó los años dorados en los que las Águilas, cada vez que veían la camiseta con la franja, se convertían en canaritos y no daban una. Coincidió con el esplendor del binomio Reinoso-Borja para los televisos y la primera época de Ignacio Trelles al frente de la escuadra camotera.
Este es el PUEBLA que repitió su victoria de 3-2 sobre el AMÉRICA (estadio Cuauhtémoc, 4 de abril de 1973) al repetirse el encuentro suspendido por el árbitro ARTURO YAMASAKIcuando faltaban 5´de juego (25.02.73). A la derecha, los hermanos ENRIQUE Y RAFAEL BORJA: ambos anotaron un gol aquel histórico 4 de abril
De entrada (26.10.72) fue la Franja al Azteca y les sacó el empate a los azulcremas, que habían cobrado temprana ventaja (2-2, Juan Ramón Pérez y Manuel Lapuente por los poblanos). Y en la segunda vuelta, algo inédito y que jamás ha vuelto a verse. Era el domingo 25 de febrero de 1973 y Lapuente les había clavado tres punzantes aguijones a las azoradas Águilas de José Antonio Roca. Golazos los tres que, sin embargo, nunca registraría la estadística oficial porque a cinco minutos de cumplirse los 90 y ganando 3-2 la Franja el árbitro, Arturo Yamasaki, tomó el balón bajo el brazo y se encaminó apresuradamente a su vestidor dando por terminado el encuentro. Sucede que Nacho Trelles había hecho perdediza una pelota que salió por la banda –en esa época no había balones de repuesto para dar continuidad al juego—y al silbante peruano se le ocurrió, según posteriores declaraciones, que “había que darle una lección” al DT poblano.
Naturalmente, la cosa no quedó ahí. Televisa gobernaba a sus anchas el futbol mexicano y la Rama de la Primera División tomó la insólita decisión de anular el partido y obligar a que se jugara de nuevo. De modo que el miércoles 4 de abril saltaban al césped del Cuauhtémoc las siguientes escuadras: por el Puebla Hugo Pineda; Luis Enrique Fernández, Juan Carlos Sconfianza, Dagoberto Fontes y Alfonso Sabater; Martín Ibarreche, Manuel Lapuente y Jorge “Coco” Gómez; Juan Alvarado, Rafael Borja y Bernardino Brambila. Y por el América “Pajarito” Cortés; René Trujillo, Barberena, “Campeón” Hernández y Mario “Pichojos” Pérez; Kerr, Reinoso y Toninho; Albino Morales, Enrique Borja y “Pata Bendita” Castro. Esta vez el árbitro fue Marco Antonio Dorantes, pese a que el América había solicitado al mismísimo Yamasaki, importado a México y protegido de siempre por su presidente Guillermo Cañedo de la Bárcena.
Inolvidable. Todavía hay muchos aficionados que recuerdan lo sucedido esa tarde. El Puebla salió a comerse el balón y Trelles le ganó la partida a Roca de cabo a rabo. Poco importó que Sabater haya malogrado un penalti con el que la Franja pudo inaugurar el marcador (7´) porque la avalancha camotera continuó como si nada. Dos goles hizo Brambila (20´ y 65, el segundo en fenomenal media chilena) y, crecidísimo el Puebla, no tardó Rafael Borja en clavarles el tercero (69´). Carlos Reinoso, que había conseguido transitorio empate en hábil acción personal (44´) asistió luego a Enrique Borja (69´) para que aminorara las cifras de esta confirmación de la superioridad –¿paternidad?—del Puebla sobre las huestes de Televisa, a las que no les valieron las argucias de Yamaski y los federativos ni la parcialidad descarada de la televisora y su prensa adicta. El ingrediente mágico estuvo en el marcador, ese 3-2 del primer día repetido tal cual al reponerse el encuentro arbitrariamente suspendido.
Con algo más: mientras don Ignacio Trelles Campos se mantuvo como DT de la Franja, el América nunca pudo con el Puebla. En el siguiente torneo –liga larga, con ida y vuelta como debe ser–, el Puebla venció a las Águilas en el Azteca (0-1, gol de Juanito Alvarado la noche del 10 de agosto del 73), y refrendó en casa (2-1) con un gol del “Totol” Cárdenas y otro tanto imperial de Lapuente, que limpió de americanistas una sinuosa autopista diseñada por su genio entre el medio terreno y la meta de Prudencio Cortés.
Y ya con el Puebla muy venido a menos (campaña 1974-75), el duelo entre los dos clásicos rivales se saldaría con sendos empates a cero, de suerte que mientras Trelles dirigió en la Angelópolis (1972-75), el Puebla no perdió un solo choque liguero contra el América. Su cuenta, en siete encuentros si consideramos el suspendido, fue de cinco triunfos y dos empates.
Cómo no recordarlo con gusto.
La prensa deportiva daba cuenta de dos significativas victorias poblanas en plena ERA TRELLES: la del choque mañosamente repetido (ESTO, 04.04.73) y del primer 0-1 sobre el AMÉRICA en el Estadio Azteca (Ovaciones, 10.08.73)
Jornada 5. Aunque el Monterrey rescató angustioso empate en Tijuana (2-2), el liderato que ostentaba pasó a manos del Cruz Azul, que aprovechó la debilidad del Querétaro para sacar un 0-2 del Corregidora. Menos previsible la derrota del Pachuca en Mazatlán (3-0), que desató las iras contra el arbitraje del normalmente sereno señor Almada, mientras el Necaxa se tomaba un respiro a costillas del colero equipo de Ciudad Juárez (3-0), que no ve una desde que emigró a la frontera norte la franquicia de Lobos BUAP (a propósito, ¿alguien sabe qué será de los perpetradores de la ilegal venta de los lobeznos?).
Otro que no ve la suya desde que se quedó sin la DT de Jardine es el Atlético San Luis, que peleó durante un rato pero no pudo evitar la derrota en la Bombonera toluqueña (2-1), como tampoco Pumas en su visita al Jalisco, su estadio maldito, donde el Atlas acabó con su invicto de cuatro jornadas (2-1) gracias, entre otros detalles, a desafortunado autogol de Julio González (2-1), el mismo sábado por la noche en que Chivas se llevó un puntito del Volcán (1-1) luego de inaugurar la pizarra con gol de gran factura del intermitente “Piojo” Alvarado. Y estaba programado para anoche el duelo León-Sabtos que cerraba la jornada.
Tabla de posiciones. La encabezan con 13 puntos Cruz Azul y Monterrey, seguidos por Toluca, Tigres, Atlas y Xolos, todos con 11. Pumas se quedó en 10, y tras ellos, por parejas, San Luis y Chivas (8), Necaxa y Puebla (7), América (6), Mazatlán y Pachuca (5), Santos (2), Juárez (1) y Querétaro (0).
Cuidado con McLaren. Max Vestappen, jugando en casa (GP de Holanda), cruzpó ayer la meta 22.8 segundos por detrás del victorioso Lando Norris, cuyo McLaren voló sobre la pista el sábado para ganar la posición de cuerda, y el domingo para superar a Verstappen luego de diez giros, restando toda importancia al rebase de Max en la largada. Adicionalmente, el vencedor se dio el lujo de poner la vuelta rápida del día en la vuelta final y con neumático duro, lo que da idea de la insultante superioridad de los autos ingleses en el tramo de una campaña que parecía destinada al eterno dominio de Red Bull.
Por cierto, Sergio Pérez, que salió quinto, perdió una posición al final, pues vio la bandera a cuadros detrás de Leclerc, Piastri y Sainz, con los Ferrari recobrando la posición de terceros en liza debido más que nada al flojo fin de semana de Mercedes (Russell y Hamilton entraron detrás del Checo Pérez, en séptimo y octavo), con Gasly (Alpine) y Alonso (Aston Martin) cerrando el grupo de los que puntuaron.
Así las cosas, y visto el imparable cierre de los McLaren, no se extrañe usted si Verstappen juega su resto ya no a ganarlas todas, como acostumbra, sino a mantenerse arriba en el campeonato a base de rescatar puntos valiosos planteando las carreras de un modo más conservador. Aunque más de una victoria sí que conseguirá.