El empresario Martin Mobarak compró en 2015 la obra de Frida Kahlo ‘Fantasmones siniestros’ (valorada en un aproximado de 10 millones de dólares) en la galería de Nueva York ‘Mary Anne Martin’ y llamó la atención cuando destruyó esta misma obra para venderla como un token no fungible (NFT, por sus siglas en inglés).
Un NFT es un certificado que sirve para comprobar la procedencia y autenticidad de una pieza digital, por su naturaleza también es imposible de configurar y solo puede ser poseído por un usuario.
La idea del millonario es, según él, transformar el mundo del arte convirtiendo esta obra en 10 mil NFTs exclusivos para comercializarlos como arte digital. Fundó la fridanft.org, con el fin de innovar y aprovechar la tecnología de blockchain, además de introducir el trabajo de Frida al Metaverso para fusionar el mundo del arte tradicional con el digital.
Mobarak quemó ‘Fantasmones siniestros’ (1944) en medio de un evento público con mariachis y fiesta el pasado 30 de julio en Miami, Estados Unidos, y anunció que los NFT estarán para su venta a través de la criptomoneda ‘Ethereum’.
Parte de las ganancias estarán destinadas para apoyar a distintas organizaciones artísticas y sociales como ‘Fundación origen’, ‘Palacio de Bellas Artes México’, ‘Museo Frida Kahlo’, ‘Escuela Nacional de Artes Plásticas de la Ciudad de México’, ‘Asociación Craneofacial Infantil’ y la ‘Asociación Para Niños con Autismo’.
Posicionamiento del INBAL y la Secretaría de Cultura
El día de ayer, la Secretaría de Cultura y el Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura (Inbal), se posicionaron con respecto a los hechos anunciados por Martin Mobarak y desmintieron que haya recibido o vayan a recibir alguna donación por parte del coleccionista.
También hicieron hincapié en que el Banco de México es fiduciario en el Fideicomiso Museos Diego Rivera y Frida Kahlo, y son ellos quienes tienen los derechos patrimoniales y de reproducción de la obra, de los cuales no ha recibido ninguna solicitud para reproducir la obra, y por lo tanto no se ha autorizado tal manipulación.
Finalmente, apuntaron a que la destrucción de la obra de Frida Kahlo, incluso en posesión de particulares, constituye un delito de acuerdo a lo estipulado por la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicos, Artísticos e Históricos, por lo que se investigará si de verdad se trató de la pieza original o solo una réplica hecha con fines publicitarios.