Con la misma expectativa por ver su obra y de cierta forma percibirlo a él, abrió en el Museo Taller Erasto Cortés (Mutec) la muestra “Las huellas de Toledo” como un homenaje póstumo al artista Francisco Toledo (1940–2019).
Con poco más de 100 obras gráficas entre pequeño y mediano formato, entre las que destaca la serie de auto retratos fuertes en trazo, así como la lúdica zoología poblada por elegantes monos araña, cocodrilos en dos patas e insectos variados, la exhibición recoge el legado que el artista dejó a Puebla cuando, en el ya lejano año 2000, fraguó la apertura de este recinto con la donación propia y la del acervo del grabador Erasto Cortés Juárez.
Ernesto Cortés, curador y director del recinto, señaló que montar ahora esta exposición es traer a la memoria la figura de Francisco Toledo, un artista universal reconocido no solo por su lenguaje plástico sino por su carácter de lucha social y su aparente lejanía con los reflectores, los homenajes y el llamado mercado del arte.
En su discurso inaugural, sin la presencia del secretario de Cultura, Julio Glockner Rossainz, el funcionario estatal mencionó que fiel al impulso que dio a las artes gráficas en México, el artista donó también al Mutec una colección de 3 mil 448 libros de arte que conforman la biblioteca.
A la par, destacó que existe una importante colección de 25 estampas religiosas novohispanas.
Cortés acotó en la última exposición en 2018, Toledo dijo que un asunto pendiente para el Mutec era la creación de un patronato, una idea que compartía con Jaime Erasto Cortés, hijo del grabador Erasto Cortés, por lo que es un momento importante para que revisar las colecciones y hacer vínculos con otras instituciones.
Cuestionado sobre si es cierto o no lo que ha señalado la opinión pública acerca del supuesto robo que hizo un exfuncionario morenovallista sobre una serie de Francisco Toledo, que provocó que el gobierno estatal tuviera que pagar aquel desfalco para evitar un problema mayor con el artista, el curador Ernesto Cortés dijo de inicio que él no estaba en la administración cuando esto sucedió.
Durante una entrevista, señaló que estas piezas que algún momento se llegó a cuestionar su originalidad, fueron llevadas para que Toledo las pudiera revisar. “Fue una visita que se le realizó al maestro y él pudo constatar y decir que no encontraba diferencia que pudiera marcar algún aspecto dudoso respecto a la originalidad”, señaló y dijo que las piezas se reincorporaron al Mutec.
Cortés concluyó que “Las huellas de Toledo” permanecerá hasta diciembre próximo, acompañada de una serie de actos paralelos, así como la apertura de otra exhibición con piezas de artistas poblano que apelen, se acerquen o dialoguen con la obra gráfica y plástica del juchiteco fallecido apenas el 5 de septiembre.
El mismo Toledo, en la exposición que fue montada en 2018 para reabrir el Mutec luego de los daños que tuvo por el sismo de 2017, dijo que en sus obras “pueden ver todas mis indecisiones, las búsquedas e color, la primera impresión del dibujo a pura línea, lo que se trabaja aparte para hacer las manchas de color y así se darán cuenta que la edición definitiva muchas veces no tiene que ver con lo que se presenta”.