Llena de baches, con fracturas en el pavimento, deslaves, sin iluminación durante las noches ni asistencia vial y de seguridad pública se observa la autopista Puebla–Atlixco.
En un recorrido por la vialidad de peaje, con 54 pesos por vehículo particular, se observó que el tramo más afectado es el que va con dirección a Atlixco, en tanto que los baches de mayor dimensión se encuentran en la caseta de cobro llegando a la ciudad de Puebla.
Todas las casetas en aquella dirección tienen baches de diferentes dimensiones, lo que es calificado como “el colmo” por parte de los usuarios, ya que es a donde pagan el peaje por el uso de la vialidad, que justamente por ser una carretera de paga y de alto tráfico vehicular debería estar en óptimas condiciones.
Tras meses de esta realidad, este martes se observó una cuadrilla de trabajadores que comenzó a reparar la mayor oquedad en una de las casetas y los desperfectos en el pavimento, tarea que llevará algunos días de duración.
En el recorrido se observó que algunas de las fracturas en el pavimento a lo largo de la vialidad han sido cubiertas con asfalto; sin embargo, ha sido insuficiente para corregir los desperfectos, incluso el mantenimiento que se dio en una parte de esa vialidad, con las lluvias se deslavó, por lo que los automovilistas que la usan exigen una relaminación total.
El mal estado del pavimento pone en riesgo a los automovilistas, debido a que se encuentran a la salida de curvas, bajadas y subidas pronunciadas, en las que los vehículos alcanzan velocidades superiores a los 100 kilómetros por hora.
Asimismo, a diario se registran ponchaduras de llantas o daños en las suspensiones de los vehículos al caer en alguna de las oquedades.
Durante el trayecto se observó a varios vehículos que se orillaban hacia el acotamiento después de pasar baches para revisar sus neumáticos o las defensas de sus vehículos, dañadas por los golpes.
En la vialidad hay un número creciente de tráileres y de camiones de carga cuyo peso agrieta los asfaltos con el paso constante.
El desprendimiento de piedras se ubica, con sentido a la ciudad de Puebla, a la altura de San Bernardino Chalchihuapan, donde se ven escombros de cientos de kilogramos de peso, muy cerca del arroyo vehicular.
Aunque llevan varios días sobre el asfalto y pese a que las precipitaciones pluviales continuarán, el Organismo Operador de Carreteras de Cuota Puebla (CCP), que opera la autopista, no se ha acercado a quitar los escombros y fortalecer las laderas para evitar más desprendimientos.
Por si esto fuera poco, los conductores afirman que usar la vialidad de noche significa correr el riesgo de ser asaltado ante la nula vigilancia e iluminación siendo el tramo que cruza por Santa Clara Ocoyucan uno de los más peligrosos.
Indicaron que por ello urge no sólo una relaminación mayor en toda la vialidad sino una intervención que incluya condiciones de seguridad vial para que tenga sentido pagar el peaje que se cobra, nada barato para aquellos que deben desplazarse cotidianamente de Atlixco a Puebla, ya que el viaje redondo implica el desembolso de 108 pesos diarios si se utiliza esa vía de comunicación.
Otra queja de los usuarios es sobre las casetas de pago, mismas que deberían todas e incluir en las mismas el pago con tarjetas y efectivo. Actualmente hay casetas específicas para pagar con tarjeta, la mayor parte de los días de tres funcionan dos o solo una y los lectores no siempre validan las tarjetas que el autotransporte y vehículos principalmente foráneos tienen. Lo que ocasiona una serie de inconvenientes ya que las mismas no cuentan con personal que resuelva el problema mientras que las filas de los automovilistas que pagan en efectivo en los días y horas de mayor tránsito se incrementan mostrando la ineficiencia de ese sistema de cuota.