En tiempos de COVID se ha dejado al descubierto la precariedad existente en los sistemas de educación y salud. Del mismo modo se ha generado un hueco abismal en cuanto a los derechos laborales de las y los trabajadores. Para muchos sectores, el trabajo desde casa se ha convertido en una modalidad más de la explotación.
En los meses de marzo y abril de 2020, momento de la crisis y desconocimiento de la enfermedad generada por el virus SARS-CoV-2 (COVID 19) permeaba un sentimiento de miedo, temor y angustia en la sociedad. Esto motivó a que una parte del sector trabajador principalmente de aquellos y aquellas con posibilidad de trabajar en su casa por las características de sus labores, orilló a que éste sector aceptara de muy buena manera el trabajo desde casa o lo que se conoce como “Teletrabajo” o “Home Office”. Fue aprobado con buenos ojos e incluso como el alivio de sentirse resguardados. Sin tomar en cuenta puntos tan importantes como las condiciones de trabajo, horarios, nuevas tareas a realizar, entre otros. Incluso en sectores sindicalizados, el trabajo desde casa fue propuesto por los propios dirigentes sin plantear con claridad las condiciones de éste.
Esta forma de trabajar desde casa se ha convertido en una expresión más de la explotación, pero con un plus. La aprobación y disposición de muchas trabajadoras y trabajadores que asumen el teletrabajo como algo muy bueno y además están en total acuerdo en absorber todos los gastos que implica laborar desde casa: agua, luz, internet, mobiliario, etc. A casi un año de abandonar las oficinas no perciben muchas y muchos las dimensiones de lo que implica laboralmente estar fragmentados y fuera del centro de trabajo. No vislumbran los grandes ahorros que los patrones han tenido a raíz del temor al contagio que llevó a muchos y muchas a salir de sus áreas de trabajo.
El cuidado a la salud, el desgaste físico en los largos trayectos de casa al trabajo y del trabajo a la casa, las horas en que se desatiende a la familia, son algunos de los argumentos que permean a una parte importante de los trabajadores y son válidos. Sin embargo, esta nueva forma de laborar trastoca también espacios tan íntimos como son el hogar y el respeto al horario de descanso. Hoy en día el patrón se siente con la libertad de pedir tareas o dar indicaciones a cualquier hora, a comprobar cualquier ausencia de servicio luz o internet, a buscar -como obligación- algún lugar para poder realizar el teletrabajo, hacer uso las propias pertenencias como parte de los medios de producción para auto explotarnos y esto también se convierte en un desgaste físico y mental.
Muchas conquistas en cuanto a los derechos laborales, se encuentran en pausa la justificación es que sólo será mientras dure la pandemia, “cuando esto se termine todo regresará a la normalidad”. Sin embargo hay sectores que aún trabajando desde casa han tenido que reorganizarse y continúan buscando se respeten esos derechos laborales a pesar de estar separados. Se han encontrado también nuevas formas de manifestarse y encontrarse fuera del centro de trabajo.
El “teletrabajo” es una combinación del viejo trabajo a domicilio y a destajo. No debemos aceptar estas condiciones de vida y de trabajo indignas
Irregularidades y falta de pago a profesores de asignatura y ayudantes de la UNAM
PRONUNCIAMIENTO DE APOYO A LAS ACCIONES QUE SE ESTÁN TOMANDO EN TORNO A LAS IRREGULARIDADES Y FALTA DE PAGO A PROFESORES DE ASIGNATURA Y AYUDANTES DE LA UNAM
Después de varios meses sin haber recibido pago, o haberlo recibido de manera incompleta, profesores de las Facultades de Economía y Ciencias han llevado a cabo una serie de asambleas y reuniones con las respectivas autoridades para resolver dichos problemas; sin embargo, a más de un mes de haber concluido el semestre por el cual fueron contratados, y en medio de la pandemia, no se ha solucionado la problemática. Esto pone en una situación de grave vulnerabilidad a una gran cantidad de profesores, por lo que en el SITTAUNAM:
1.- Nos sumamos a la exigencia del pago inmediato a todas y todos los ayudantes de profesor(a), y a todas y todos los profesores.
2.- Exigimos un diálogo público con las autoridades para que se resuelvan puntualmente cada una de las demandas solicitadas en las Facultades de Economía y Ciencias.
3.- Respaldamos las acciones por la defensa de los derechos de las y los profesores y ayudantes de profesor(a), y exigimos que no se tomen represalias en contra de las y los docentes que participan en dichas acciones, tales como el paro decidido mayoritariamente en la Asamblea General de la Facultad de Ciencias.
4.- Nos pronunciamos y luchamos por la estabilidad de las y los profesores de la UNAM.
5.- Respecto a la problemática general de la Universidad mantenemos nuestra propuesta de Programa Especial de Estabilidad Laboral para Personal Académico de la UNAM. Se puede conocer en el sitio web del SITTAUNAM (consultar en el siguiente vínculo: https://t.ly/dhoT)
6.- Nos pronunciamos por la transformación democrática de la UNAM, de su estructura de gobierno, por dejar de mantener y de fomentar a la burocracia del STUNAM y de las AAPAUNAM, así como a la burocracia dorada de las autoridades con altos sueldos que contrastan con los salarios precarios para profesores de asignatura y ayudantes de profesor(a). Ello no sólo es parte de las condiciones indignas de trabajo, sino que también profundiza la brecha de género.
7.- Estamos en contra de la desigualdad en las condiciones materiales de trabajo académico.
8.-Ponemos a disposición del movimiento, el acompañamiento legal del SITTAUNAM.
Esta coyuntura del problema en los pagos nos permite ver la necesidad de que en la Universidad ocurran profundos cambios en su funcionamiento, estructura interna y administrativa. Saludamos toda iniciativa que luche por la dignificación del trabajo docente y por la democratización de la Universidad.
¡POR LA DIGNIFICACIÓN DEL TRABAJO ACADÉMICO Y LA DEMOCRATIZACIÓN DE LA UNAM!
SINDICATO INDEPENDIENTE DE TRABAJADORAS Y TRABAJADORES ACADÉMICOS DE LA UNAM
SITTAUNAM
Ciudad de México, a 14 de marzo de 2021
Nueva normalidad
Hoy vivimos en el contexto de las tan “necesarias” empresas prioritarias, la muestra de lo importantes que son sus trabajadores para estas y seguir manteniendo las ganancias de unos y mover los ingresos de los otros que permitieron esta calificación comercial sin medir las consecuencias sanitarias, demostrándonos lo comprometidos que son estos negocios de cumplir las leyes del país y lo que arrastraría a estos “substanciales” trabajadores para continuar su dinámica de normalidad depredadora y abusiva tanto al planeta como a los trabajadores. Continúa la eficiente sumisión en la que nos tienenn los últimos gobiernos y este que no es la excepción al no explicarle a los que vivimos en México de lo vendido y entregado que lo han dejado. Sin dejar de ostentar los tratados comerciales y compromisos que como propaganda inductiva nos dicen que ahora si se verá la diferencia.
Cuando ya teníamos una caída cíclica de los empleos, hoy bajo el pretexto de la pandemia los “conscientes” empresarios se dan vuelo, abusan, despiden y reforman a su conveniencia las condiciones de trabajo, aquejan más la mermada certidumbre de los trabajadores que creyeron en una verdadera transformación radical de sus vidas y que hoy los manosea la “nueva normalidad”.
Sobran ejemplos que o no notan o siguen fingiendo demencia los encargados de administrar el “estado de derecho” de los trabajadores mexicanos, ante las muertes y contagios diarios y el valemadrismo (sic.) sindical de esas centrales que protegen su poder y sus contratos de protección incrustados en este sector, como son los proveedores en armadoras como GM, VW, NISSAN o los trabajadores de las maquiladoras de la frontera norte que surten insumos a la industria automotriz y a las demás “empresas prioritarias”.
¿A qué se apuesta en México, pues las condiciones de subsistencia de la clase trabajadora, ni por resbalón cambian sustancialmente? Con todo y obligaciones de tratados comerciales, con discursos de buenas intenciones, con una nueva ley laboral tan pregonada, el capital representado por este cúmulo de compañías ávidas de recuperar parte de lo perdido en esta pandemia y por sus malas decisiones, se siguen burlando o propagan su confabulación con el gobierno en turno.
A casi tres años de que nos dijeron que “ahora si todo cambiaría”, los empresarios siguieron beneficiándose, y actúan como les dicta su voluntad financiera. Hemos visto a las cámaras empresariales, las armadoras de autos, algunas tiendas de electrodomésticos y sectores comerciales que valiéndoles un carajo la seguridad y vida de sus clase obrera, se burlan, ignoran y retan a cualquier autoridad de este país. Probamos que en el estado no hay claridad, no tiene poder, ni voluntad política para actuar y poner un orden en esta problemática y que le siguen dando golpes a los trabajadores al ser sumisos para no extinguir el outsourcing o el golpe bajo a los ingresos de los futuros pensionados al servicio del estado pagados en UMAs y no salarios mínimos.
No estamos dispuestos a seguir esperando su regateo. Tocaremos su sensibilidad electoral, se les tendrá que dar una cachetada para que reaccionen y tengan la última respuesta.
Los obreros críticos