El financiamiento verde no solo acarrea consecuencias para el medio ambiente, sino que provoca que países en desarrollo contraigan deudas que distraen los presupuestos públicos que podrían ser ocupados para el combate a la pobreza o desigualdad, indicó Vania López Toache, coordinadora del Doctorado en Economía Política del Desarrollo, en la Facultad de Economía de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP).
En entrevista con La Jornada de Oriente, en el marco del IV Seminario de Economía y Naturaleza “Desafíos del financiamiento verde: transición energética trunca, minería predatoria y experiencias de defensa del territorio”, comentó que el citado financiamiento se generó a partir de los Objetivos del Desarrollo Sostenible, en el año 2015 y consiste en costear cuestiones ambientales, pero se le ha dado prioridad a la transición energética, es decir migrar de consumo de energías fósiles a las renovables, que tienen que ver con el agua o el viento.
Esto último está generando un mayor extractivismo en los países en desarrollo y que se generen grandes pasivos, ya que generalmente son en divisas.
“Además de que aquí también entran los instrumentos financieros, los bonos verdes, los bonos sustentables, un sinfín de instrumentos financieros a partir de los cuales los países en desarrollo adquieren deuda que posteriormente tienen que pagarla, con tasas de interés más altas y de alguna manera comprometen los presupuestos públicos, y esto tiene consecuencias, como yo lo decía, en los territorios, en las comunidades porque se llevan a cabo procesos de extracción”.

Vania López añadió que para llevar a cabo la transición energética, el litio juega un papel importante para las energías renovables y América Latina o tiene, por lo que en algunos países las empresas trasnacionales, mineras sobre todo, ya están considerando extraerlo, generando consecuencias ambientales en las comunidades, por lo que resulta más negativo que positivo para las mismas.
La académica añadió que sí son necesarios los proyectos de transición energética, pero estos tendrían que ser solventados con dinero público para evitar el endeudamiento, tomando en cuenta las necesidades de cada nación y no solo las de los países hegemónicos.
“Entonces los ritmos son muy diferentes, no podemos comparar países europeos, donde la transición energética está más avanzada, en países como México en donde hay otros tipo de necesidades y problemas, México depende mucho del petróleo y gran parte del petróleo se exporta y después nosotros importamos gasolina”.
Del seminario indicó que se realiza durante tres días para analizar los procesos de financiarización que se han dado en la naturaleza, la mercantilización, privatización y consecuencias de los mismos, no solo económicas sino también ambiental y social, y cómo en las comunidades las poblaciones los enfrentan a partir del despojo, del extractivismo y de otro tipo de problemas.


