Con dos marchas alternas, las autodenominadas feministas radicales y el colectivo Cuatlicue conmemoraron el #8M por el Día Internacional de la Mujer, las primeras de las cuales realizaron pintas, rompieron cristales e intentaron quemar las puertas del Congreso del estado, además de causar daños a los edificios de la Fiscalía General del Estado (FGE), el PRI municipal y la catedral.
La más multitudinaria partió de FGE, donde las mujeres que encabezaban el contingente rompieron el cerco de seguridad y lanzaron vallas y piedras al edificio, custodiado en su interior por agentes que tomaban fotografías a las activistas.
Previo al inicio de la marcha un joven que ondeaba una bandera de la ultraderecha y portaba insignias neonazis intentó romper el cerco, por lo que estas lo corrieron y le rociaron aerosol en la cara.
El contingente partió y transitó sobre el bulevar 5 de Mayo, donde rompieron los cristales de los anuncios ubicados en los parabuses y en las estaciones de la línea 3 de la Red Urbana de Transporte Articulado (Ruta), la cual suspendió el servicio.
En el recorrido coreaban consigas como “vivas se las llevaron, vivas las queremos” y “señor, señora no sea indiferente se matan mujeres enfrente de la gente”.
Subieron por la avenida Juan de Palafox y Mendoza, donde realizaron pintas a templos católicos y edificios públicos; sin embargo, respetaron la sede del Palacio municipal y siguieron su camino hacia la 3 Sur, donde dieron vuelta a la izquierda hacia la 5 Poniente.
Ya en las oficinas del Congreso del estado rompieron con mazos y martillos los cristales del edificio e intentaron abrir la puerta la cual rociaron con pintura en aerosol color verde.
Luego causaron daños a la estructura de madera del edificio histórico y con un soplete intentaron prenderle fuego, mientras las mujeres coreaban “el estado represor es un macho violador”.
Siguieron hacia las oficinas del PRI municipal, donde según este partido político, lanzaron una bomba molotov que consumió parte de su dispensario médico.
También resultó afectado el edificio donde se encuentra la Notaría Pública número 17, donde en el momento de la protesta se encontraban empleados trabajando, sin que resultaran lesionados.
Entre el colectivo se corrió la voz de que venían policías por lo que las activistas que se contaban por miles corrieron hacia la 16 de Septiembre y luego detuvieron su paso.
En contraesquina, un grupo de católicos estableció un cerco entrelazados por las manos para evitar pintas en la fachada externa del edificio del Siglo XVII.
Los creyentes, en su mayoría gente de altos ingresos gritaban “viva Cristo Rey”, a lo que las feministas contestaban “viva el aborto”.
Pronto las activistas rompieron el cerco y pintaron las vallas y las paredes del edificio histórico y colocaron pañuelos verdes y morados junto a los ángeles de acero.
En ese punto pintaron y causaron daños a vehículos particulares que se encontraban estacionados y posteriormente llegaron a su destino en el zócalo, donde tiraron las vallas para concentrarse en la plancha y hacer un balance de la marcha.
Entre las marchantes hubo reproches por causar daños a los vehículos particulares por lo que pidieron que en la próxima movilización debe mejorar la organización.
Una segunda marcha, del colectivo Cuatlicue, partió de las oficinas de la Comisión de Derechos Humanos en el estado (CDH), donde realizaron pintas al edificio y después caminaron por las principales calles de Puebla.