Tras la declaratoria de Alerta de Violencia de Género (AVG) en Puebla, en abril de 2019, la tasa de feminicidios por cada 100 mil personas disminuyó pero aumentaron las de mujeres ingresadas al hospital por golpes, por agresiones sexuales y por lesiones con arma de fuego.
Después de la emisión de ese mecanismo, que busca erradicar la violencia contra las mujeres, también aumentó la tasa de mujeres desaparecidas y no localizadas pero en 2022 se redujo, de acuerdo con un estudio elaborado por la organización civil Data Cívica dedicada al análisis de datos.
El análisis tomó en cuenta indicadores de violencia generalizada, de violencia feminicida y capacidad estatal para medir cómo se encuentran los estados y municipios en los que el gobierno federal ha emitido alertas de violencia de género.
Las entidades o algunos de sus municipios que cuentan con ese mecanismo son: México, Morelos, Baja California, Sonora, Michoacán, Chiapas, Nuevo León, Veracruz, Sinaloa, Colima, San Luis Potosí, Guerrero, Quintana Roo, Nayarit, Oaxaca, Durango, Campeche, Jalisco y Chihuahua.
En el caso de Puebla, la Comisión Nacional para Prevenir y Erradicar la Violencia (Conavim) decretó una AVG para 50 municipios poblanos ante la alta incidencia de agresiones en contra de las mujeres.
De acuerdo con los datos presentados, la tasa de feminicidios por cada 100 mil personas pasó de 0.92 en 2019 mientras que en 2020 disminuyó a 0.82.
En contraste, la media de mujeres ingresadas al hospital por golpes y agresiones por la misma proporción de personas pasó de 0.74 en 2019 a 0.44 en 2020. Para 2021 disminuyó nuevamente y se ubicó en 0.29 sin embargo en 2022 se incrementó a 0.69, es decir, casi a los mismos niveles de hace tres años.
Un escenario similar ocurre con la tasa de mujeres ingresadas a un nosocomio por agresiones sexuales por cada 100 mil personas, pues en 2019 esta era de 0.71. En 2020 disminuyó a 0.47 pero en 2021 creció y se ubicó en 0.87 mientras que en 2022 se disparó a 1.81.
El informe también da cuenta de lo que ocurre con la tasa de mujeres que son ingresadas al hospital por lesiones con arma de fuego. En el caso de Puebla, el indicador pasó de 1.9 en 2019 a 1.26 en 2020, es decir, disminuyó, y en 2021 descendió nuevamente pues se ubicó en 0.81, sin embargo, para 2022 se disparó a 1.06.
En sus conclusiones, Data Cívica expuso que la evaluación sobre la funcionalidad de las alertas de género depende de varios factores y contextos particulares que tiene cada municipio o estado por lo que es necesario analizar varios indicadores de violencia, políticas públicas y capacidades que los gobiernos tiene para atender el problema.
“La respuesta a la pregunta sobre si están o no funcionando las AVGM es diversa y responde al contexto de cada uno de los estados y municipios en los que trabajan las organizaciones sociales y acompañantes”, se indicó.