El migrante poblano Omar Campos, originario de Quicayán, junta auxiliar del municipio de Tecomatlán ubicado en la región de la mixteca poblana, falleció recientemente dejando un legado invaluable como músico, empresario y promotor de la cultura mexicana en Estados Unidos, según personas cercanas a éste.
De acuerdo con la página de Facebook Hispanos en los Esclavos Unidos, la cual dio a conocer la noticia, en la década de los años 90 Campos se convirtió en uno de los pioneros de la música norteña en Nueva York, una ciudad donde en aquel entonces muy pocos artistas del género habían logrado abrirse paso.
Formó su propio grupo musical y llevó los sonidos del norte de México al área triestatal (Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut), conquistando escenarios y corazones de la creciente comunidad migrante.
Pero su influencia no se limitó a la música. Campos también resultó empresario y cofundador de El Portal Mexican Restaurant, ubicado en la calle 46 del barrio de Sunnyside, Queens.
Este restaurante se convirtió en un punto de encuentro para la comunidad hispana y un escaparate de la gastronomía poblana, especialmente de platillos típicos como el mole poblano, los chiles en nogada y las chalupas.
Amante de sus raíces Don Omar, como era conocido por amigos y familiares, jamás abandonó su característico sombrero, símbolo de su identidad mexicana. Durante años su vida transcurrió entre Izúcar de Matamoros, Puebla y la ciudad de Nueva York.
Incluso, aunque ya había adquirido una propiedad en Estados Unidos, en los últimos años prefería pasar más tiempo en México, fortaleciendo sus lazos con la tierra donde nació.
Quienes conocieron a éste migrante dijeron fue “un hombre generoso, trabajador y profundamente orgulloso de su herencia cultural. En los años 80, antes de emigrar, trabajó incluso en una veterinaria en Izúcar donde dejó gratos recuerdos entre vecinos y amigos”.
A través de redes sociales la comunidad migrante y poblana expresó su dolor y solidaridad con su familia. Deja en vida a su esposa Genoveva, a sus hijos y hermanos quienes ahora enfrentan esta irreparable pérdida.
“Omar Campos no sólo cumplió el papel de músico y empresario. Alcanzó a ser un puente entre dos culturas y un embajador de la identidad poblana en el extranjero”, cerraron sus conocidos.
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