El director de Concesiones Integrales, Jordi Bosh Bragado, interrogado sobre el caso de San Miguel Xoxtla, durante una conferencia de prensa donde presentó un programa de regularización, señaló que se ofrecieron al municipio 20 millones de pesos para rehabilitar su red de agua potable y para el funcionamiento de un pozo cuyo excedente se enviaría a la capital del estado, ya que la empresa busca generar acuerdos con la población de dicho municipio. Se manifestó a favor de construir pozos en la periferia de la capital, pues dijo que hay agua suficiente para todos, aunque no hay planes para construir un pozo en San Lorenzo Almecatla, como se ha denunciado.
Como documentamos en la edición de ayer, el pasado domingo 9 de junio, habitantes de San Miguel Xoxtla, como resultado de un foro comunitario, bloquearon obras de la concesionaria en el pozo 4, colocando cemento y escombro con un trascabo para impedir que la empresa realice obras que permitan extraer agua y trasladar 50 por ciento del líquido a la ciudad de Puebla.
Por su parte, Aimé Muñoz y Rosalío Flores, secretaria y presidente del Comité de Agua de San Lorenzo Almecatla, junta auxiliar de Cuautlancingo, alertaron que la empresa Concesiones Integrales estaría explorando nuevos pozos para extraer agua destinada a la ciudad de Puebla, lo que calificaron de inviable debido a la creciente escasez de agua que enfrentan los habitantes. Recordaron que en la junta auxiliar ya existen siete pozos operados por la concesionaria, cuyo recurso es trasladado a Puebla, mientras la comunidad solo recibe agua por tandeo y durante tres horas, en el mejor de los casos.
Como se ha documentado desde tiempo atrás, la expansión urbana industrial del municipio de Puebla y otros conurbados a partir de los noventa implicó el abastecimiento de agua, a partir de la perforación de pozos profundos en las periferias que ha propiciado la escasez de agua en las propias comunidades, donde también han crecido no solo las actividades, sino los desarrollos inmobiliarios. La escasez refleja no solo la expansión, sino la sobreexplotación de los acuíferos ante una política de extracción sin que hasta la fecha existan acciones para la recarga, ni se pongan límites para el uso del recurso hídrico, así como la reacción de los habitantes de las comunidades para impedir que se busque una extracción mayor a costa de su propio acceso y necesidades.
La realidad de las comunidades periféricas donde se perforaron los pozos y fueron obligados a ceder el agua contrasta con lo que dice el director de Agua de Puebla, de que hay suficiente agua para todos.