Los que suben al Popocatépetl no solo son los que celebran a don Goyo, también los hay –en solitario o en grupo-, los que caminan la montaña para llegar al cráter y videograbar lo que sucede ahí. Como testimonio quedan los videos difundidos en redes sociales y medios de comunicación. En uno de ellos -apenas difundido la semana pasada y tomado por quienes subieron al volcán- un hombre dice que podía “ver como debajo de la tierra se ve algo rojizo que emana”, advirtiendo que “en cualquier momento podría haber una erupción”.
Alejandra López, subdirectora del Centro Universitario para la Prevención de Desastres Regionales (Cupreder) de la UAP, afirma que entre más se está cerca del volcán, es más peligroso. “Cualquier persona que se acerque al cráter pasando los linderos del bosque más allá de los cuatro mil metros sobre el nivel del mar se expone con mayor riesgo a ser blanco de cualquier emisión, de lo que el volcán pudiera lanzar a través de las columnas de ceniza que se desploman cerca del cráter a temperaturas altas”, señala.
La especialista en riesgos acota que los eventos volcánicos, como emisiones, explosiones, proyectiles y derrumbes causados por la actividad del Popocatépetl, son impredecibles pues si bien el volcán esta monitoreado, no es posible pronosticar los eventos de mayor envergadura. “Quien se acerca al volcán con fines de esparcimiento, de presumir su valentía o hazaña está exponiéndose a estos peligros. Es una condición que no tiene más objetivo que presumir una supuesta valentía y vanidad de decir que se subió al cráter”, refiere durante una entrevista.
La investigadora universitaria recuerda que en ocasiones anteriores se han registrado daños y heridas ocasionadas por la actividad volcánica. Hace unos 15 años, apunta, cuando también “se puso de moda trepar y grabar”, algunas personas resultaron lastimadas por lo que pensaron fue “una pequeña explosión”, algo que no fue así.
“A la gente le gusta hacerlo, algunos tiktokeros profesionales buscan material y cualquier anécdota video grabable. No siempre se puede estar vigilando todo el perímetro del volcán pues se requeriría demasiado esfuerzo e infraestructura, además de que hay actividades que se hacen más allá de la vanidad, que son actividades legítimas que tienen que ver con la cultura de los pueblos y los ritos del volcán, y no tienen que ver con grabar imágenes o venderlas a una televisora”, confió la comunicadora de formación.
En ese sentido, consideró importante distinguir las actividades que se realizan en la parte alta del volcán: las que tienen que ver con el trabajo o las creencias de la gente, y las otras, las que tiene que ver con la exposición “estúpida para vender imágenes u obtener likes en las redes”, algo que favorece a la imprudencia. Añadió que lo peor es que las autoridades, quienes deberían estar a cargo de recordar las recomendaciones en torno al volcán, sean las que favorezcan este tipo de exhibiciones, ligadas a acciones como la de pavimentar y aplanar caminos para supuestamente favorecer los actos rituales del volcán, dejando ver su “ignorancia infinita, frivolidad e imprudencia”.
“Las autoridades de protección civil y culturales deberían poner las pautas para que las ceremonias se realicen de acuerdo a los acuerdos internos de las comunidades, sin manosearlos con dinero, con esta clase de banalización y, por otro lado, no abandonar la tarea de protección civil y recordar que el volcán sigue activo”.
En ese sentido, Alejandra López cuestionó que en lugar de favorecer el ascenso irresponsable hacia el volcán, los encargados de protección civil deberían revisar y actualizar el Plan operativo del volcán Popocatépetl, para saber si están listas las rutas de evacuación, los protocolos y albergues. “No se trata sólo de la imprudencia individual, sino de cómo la autoridad la favorece, la facilita y la presume en redes. Hace tiene tiempo que no se veía un manejo tan estúpido de la situación del volcán y una comprensión tan mínima de la tarea que le corresponde a protección civil de disminuir el riesgo”, consideró.
De paso, apuntó que hay otro tema que la misma protección civil está malentendiendo al abrir y aplanar los caminos: la facilitación del paso de vehículos pesados que van a encontrar mejores condiciones para extraer la riqueza del bosque, de por sí castigado por la tala clandestina y por la extracción de otro tipo de materiales como la tierra negra de hoja que se comercializa en viveros y se extrae en camionadas, algo que complica la renovación y recuperación del ecosistema.
Notó incluso que el conflicto es mayor al ser el Popocatépetl un Área Natural Protegida, en la cual no se puede realizar este tipo de acciones pues están prohibidas por su Plan de manejo, el cual busca la renovación de los servicios ecosistémicos.
“Es muy penosa y enfadosa la comparsa que se vivió la semana pasada a costa de la cultura de los pueblos y de su tradición. Cada individuo responsable de su imprudencia, pero que la autoridad favorezca como una acción de gobierno es de lamentarse”, concluyó la experta.