Al asumir la presidencia de la República, Enrique Peña Nieto manifestó la necesidad de realizar transformaciones estructurales a fin de lograr un crecimiento económico y social sostenido. Estas transformaciones se lograrían a partir de impulsar reformas en temas que por falta de acuerdos se habían soslayado en las pasadas legislaturas y que más tarde se contemplaron en la agenda del Pacto por México, las cuales en breve atrajeron la atención mediática y la crítica de otras fuerzas políticas no firmantes del pacto y de diversos grupos sociales que cuestionaron la esencia de las propuestas planteadas.
Una de las iniciativas de reforma que anunció el gobierno federal para el segundo semestre de este año, es la relativa al tema fiscal, la cual sin haberse dado a conocer, ya había sido cuestionada por sus detractores, quienes afirmaban que vulneraría la economía de la mayoría de los mexicanos, argumentando que esta reforma desembocaría, entre otras cosas, en la eliminación de la tasa cero del Impuesto al Valor Agregado (IVA) en alimentos y medicinas, así como en las facilidades que se le daban a las grandes corporaciones para deducir impuestos.
Las dudas sobre la naturaleza de la reforma hacendaria fueron disipadas con la entrega del paquete económico 2014 de manos del titular de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Luis Videgaray Caso al actual presidente de la mesa directiva de la Cámara de Diputados, el panista Ricardo Anaya, quien declaró que “no habrá aval ni rechazo anticipado a iniciativas económicas”, manifestando posteriormente en una entrevista concedida al periodista Alejandro Cacho en Noticias MVS que los diputados que él encabeza tienen la responsabilidad de estudiar la propuesta a fin de promover el beneficio general a los mexicanos.
Aunque esta propuesta de reforma responde a la necesidad que desde sexenios anteriores se había planteado, que mantiene la tasa cero del IVA en alimentos y medicinas, además de proponer la desaparición del Impuesto Empresarial a Tasa Única (IETU) y el Impuesto a Depósitos en Efectivo (IDE), recurre a la aplicación impositiva en colegiaturas, alimentos para mascota, conciertos, entre otros bienes y servicios, argumentando que con estas medidas pagarían más impuestos quienes más ingresos perciben. Lo que en realidad se está proponiendo es presionar a la clase media a pagar más impuestos, debilitando su ya flagelado poder adquisitivo. ¿En realidad estas medidas promoverán la equidad? Yo lo dudo.
No basta con disminuir la carga impositiva en algunos aspectos y aumentarla en otros, es necesario que existan mecanismos que garanticen la transparencia en la rendición de cuentas respecto a la administración del erario y las condonaciones a créditos fiscales, por cierto, ¿recuerda la condonación fiscal a Televisa por 3 millones de pesos? Definitivamente sí es necesaria una reforma, pero más necesaria la garantía de acceso a la información para poder cuestionar el destino del dinero que usted y yo pagamos a través de los impuestos.