El pasado fin de semana, el Consejo Estatal de Morena formalizó, por unanimidad, la candidatura a la gubernatura al senador Alejandro Armenta Mier, lo cual era un paso preconcebido, después de la definición que al respecto se había adoptado desde fines del año anterior.
Además, se había anunciado, por parte de la Dirección Nacional de ese partido, que el lunes 12 de febrero se daría a conocer la relación de los trescientos candidatos a los otros tantos distritos uninominales del país. A decir de su presidente Mario Delgado, para ese momento solo faltaban los suplentes de las fórmulas. Incluso en Puebla, ya se había especulado sobre posibles candidatos (as). Pero algo pasó, pues no se dio a conocer nada.
Se supone que el mecanismo decisorio de las candidaturas era conforme al (a) mejor posicionado (a) de las encuestas levantadas por parte del partido. No había entonces en apariencia, objeciones al procedimiento y a la metodología de éstas, lo cual para muchos ha dejado mucho que desear en cuanto a los resultados. Si no fuera así, a estas alturas ya tendríamos la planilla de candidatos (as) completamente integrada.
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Lo anterior nos conduce a varias conjeturas, que no hay por qué desechar, al contrario, es factible que ello haya sido la forma de actuar de la dirección y comisión correspondiente, para determinar el resultado final de las candidaturas. No excluimos la posibilidad de que la base inicial hayan sido las encuestas, a modo o no. Pero después, se tendría que cruzar con las propuestas de los partidos aliados y con los agrupamientos internos de Morena, aunque estatutariamente estén prohibidas. Lo anterior, sin considerar los saltimbanquis provenientes de otros partidos que, bajo el esquema pragmático para llegar a alcanzar el llamado Plan C, han sido considerados no obstante la oposición de las bases morenistas.
Es, sin duda, un proceso complicado, de enorme búsqueda de equilibrios políticos internos que, no necesariamente dejará todos satisfechos y por lo mismo, dejará damnificados que habrá que ver cómo reaccionan, pues en un descuido ya sería tarde para ser cobijados por otras fuerzas, considerando las fechas fatales en las que ya estamos metidos.
Por otra parte, conforme se empiezan a pintar los distintos escenarios políticos, tanto Morena y aliados, como la oposición conservadora encabezada por la señora X, al parecer desdeñaron en los hechos al movimiento social y a sus dirigentes, lo cual seguramente tendrá tarde o temprano sus repercusiones, más cuando por parte del frente progresista se aspira a alcanzar la mayoría calificada en ambas Cámaras, así como ganar la mayoría de las nueve gubernaturas en disputa.
Si no es esta semana, no pasarán muchos días más para que vengan las definiciones de las candidaturas, a partir de las cuales se abrirá el escaparate para que los electores escojan opciones y vislumbren lo que pueda pasar el 2 de junio. Puede ser algo más complicado que la presunta confrontación de dos proyectos alternativos de Nación, en tanto hay fuerzas que incidirán en el proceso con sus propias manifestaciones y propuestas.
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