Jueves, abril 25, 2024

Encargado de la CDH, para que no lo descartaran como ombudsman, evitó queja contra diputado

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Omar Sidartha Martínez Báez, quien era el encargado de despacho de la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Puebla (CDH), en su afán de convertirse en el nuevo ombudsman –algo que finalmente no consiguió– no le importó violar la ley y los mecanismos de defensa de la CDH, al negarse a recibir una queja en contra del diputado local Iván Jonathan Collantes Cabañas, quien había sido señalado de violar el derecho de petición.

Ese comportamiento abusivo ha sido denunciado ante la Comisión Nacional de Derechos Humanos, organismo que este martes recibió una queja formal contra el actuar jurídico de la CDH, así como contra los comportamientos de Omar Sidartha Martínez y del legislador Jonathan Collantes.

El pasado 5 de septiembre, el director general de la organización civil Corresponsabilidad en el Transporte, Arturo Balderas Moyano, solicitó una audiencia con el diputado sin partido Iván Jonathan Collantes Cabañas, en su calidad de presidente de la Comisión del Transporte y Movilidad del Congreso local.

La petición de esa audiencia era para entregarle un conjunto de propuestas técnicas que esta organización especializada –que tiene permiso oficial 2105064 de la Secretaría de Economía federal– ha diseñado para combatir los abusos que cometen las empresas dedicadas al arrastre, salvamiento y depósito de autos.

A lo largo del escrito, se explica, que desde el año 2015 se había presentado al Congreso local un proyecto de reforma a la norma que regula a las empresas de grúas y que el documento, pese a haber sido elaborado por expertos en la materia, había sido ignorado por los entonces diputados locales.

Luego de que la petición se entregó en la Oficialía de Partes del Congreso local, pasaron los días y las semanas, sin que nunca surgiera una respuesta del diputado Collantes Cabañas, quien de acuerdo a la Constitución General de la República está obligado a contestar a la solicitud en cuestión, ya que si no lo hace está incurriendo en la violación del derecho de petición.

Pese a la insistencia de los directivos de la organización Corresponsabilidad en el Transporte de tener una cita con el legislador, la respuesta siempre fue el silencio de su personal de apoyo.

Ante ese comportamiento abusivo, Arturo Balderas se dirigió a la CDH, en donde primero se asesó y le respondieron que correspondía una queja contra el diputado Collantes.

El día que le dieron cita al agraviado para atender la queja, fue bien recibido y una abogada de la CDH, cuando estaba a punto de concluir el trámite, de manera inesperada cambió su comportamiento y se negó a dar fin al proceso.

El argumento que esgrimió es que la Comisión de Derechos Humanos no puede proceder contra un legislador.

Pese a que el quejoso le expuso que los artículos 1 y 3 de la Constitución establecen que toda autoridad está obligada a respetar los derechos humanos, la funcionaria acabó concluyendo que el diputado Collantes no era responsable de ninguna falta.

Trascendió que cuando Omar Sidartha Martínez habría sido informado de que se estaba interponiendo una queja contra un diputado, ordenó frenar el proceso, pues se ponía en riesgo su intención de ser nombrado ombudsman.

Es decir, tuvo el mismo comportamiento errático y abusivo del anterior presidente de la CDH, Adolfo López Badillo, quien convirtió a la comisión en un organismo de ornato.

Por cierto, Omar Sidartha era parte del equipo político de López Badillo, el peor ombudsman que ha tenido el estado de Puebla.

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