Tehuacán. Los gobiernos tienen en absoluto abandono a las instituciones educativas rurales, los niños estudian en condiciones lamentables, sin sanitarios y bajo el riesgo de que sus escuelas sufran de derrumbes o deslaves advirtió el Consejo Democrático Magisterial Poblano (CDMP).
Si bien han existido programas para supuestamente mejorar las escuelas, José Luis Leyva Machuca, director de una de las escuelas rurales en Coyomeapan aseveró que se trató de estrategias clientelares, como es el caso de Escuela Digna, ya que si bien autorizaban un recurso las reglas de operación especificaban claramente a quién se debían comprar los materiales, mismos que resultaron ser de pésima calidad.
Por la falta de mantenimiento más de 98 por ciento de las escuelas en la Sierra Negra, no solo las del nivel indígena, no cuentan con impermeabilizante, eso las pone en riesgo de sufrir inundaciones con la temporada de lluvia, lo que ocurre año con año pero a pesar de ello no se establece una acción contundente para prevenir ese problema.
90 por ciento carece de agua potable, casi todas las escuelas se surten de ese líquido entubando el agua de los arroyos o los nacimientos, pero algunos de esos lugares también se usan para lavar ropa o bañarse, por lo que la potabilidad del líquido no está garantizada, resaltó el docente.
Ninguna de las instituciones de esa región cuenta con sanitarios, todas tienen letrinas, ello también implica el riesgo de un problema de contaminación, expuso el director al tiempo de resaltar que la urgencia de que el estado cumpla ya con los cientos de niños que estudian bajo esas condiciones, lo que les pone en desventaja con el resto de la población.
Cada temporada de lluvia, dijo, llega Protección Civil para revisar los daños de los techos y solamente reportan que hay goteras, cuando en realidad no solamente es ese el problema que se vive, porque una gotera no causa las inundaciones.
Las cuotas voluntarias de los padres de familia, dijo, se utilizan para cubrir los pagos de energía eléctrica y otros servicios necesarios. Por ser zonas de escasos recursos no es posible exigir cantidades elevadas de tal manera que con esa aportación no es posible para los directivos dar mantenimiento a los edificios.
Refirió que esos edificios llevan alrededor de 40 años sin rehabilitación, lo que pone a los estudiantes en peligro; prácticamente toman clases en un riesgo permanente porque cuando llegan las lluvias la tierra se reblandece y siempre hay la posibilidad de un deslave que podría causar una tragedia.