La fragilidad de la salud mental está en riesgo. Procesos de precarización laboral, desempleo, pobreza, violencias añejas y nuevas formas de violencias, crisis climática, sobreutilización de las redes sociales, y una cultura de individualización impuesta por el modo de producción, lleva al aislamiento y la soledad. Síntomas como ansiedad, depresión, estrés, no son la enfermedad.
Atender los síntomas es necesario, pero insuficiente. Se debe atender las condiciones de bienestar de las personas y sus espacios vitales, su comunidad directa, y las comunidades ampliadas, familias, amistades, centros laborales, educativos, culturales, sociales y comunitarios (Necesario garantizar el derecho humano a la salud mental: Aguilar; propone una serie de reformas legales).
Las violencias y los despojos se manifiestan como pérdidas, que nos afectan de forma directa e indirecta profundizando aislamiento y soledad. Parece que hemos olvidado que las personas tenemos la maravillosa capacidad de escuchar. De escucharnos, de escuchar a la naturaleza, y a todo lo que nos rodea. La capacidad de escuchar y poner atención a los detalles, escuchar los silencios desde donde emanan las necesarias respuestas.
Los silencios son elementos significativos en las ausencias y las pérdidas. Es desde la pérdida, que podemos explorar encuentros. Y desde los encuentros podemos repensar el bienestar emocional integral.
La salud mental es un derecho, no una mercancía. El sobre-patologización, pretexto para la sobre medicación, estrategia vana, nos daña más de lo que ayuda. Intenta resolver síntomas, pero no atiende, ni entiende, las causas. El uso de medicamentos y drogas, es una estrategia de aletargamiento social que ha profundizado la crisis de la salud mental (Aún son insuficientes los programas sociales para sacar a jóvenes de drogas y delincuencia, pero se va a lograr: Imjuve; vamos por la ruta correcta, dice).
Son las condiciones estructurales las que han mermado la salud mental a escala global. Y son las condiciones materiales las que deben transformarse. El acceso a condiciones de bienestar, que incluye el bienestar físico, emocional, económico, cultural, intelectual, ambiental, social, espiritual, etcétera, son aspectos que toda forma de organización social debería priorizar.
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La invitación es a crear espacios donde nos busquemos y nos encontremos en comunidad, Buscadores de posibilidades y creatividad, tenemos un gran camino por andar para crear en colectivo las condiciones de bienestar para todas las personas sin importar la sarta de clasificaciones sociales que nos han impuestos y van creando divisiones. Desde las múltiples identidades y condiciones, el derecho a la salud mental integral, es eso, un derecho que debe salvaguardarse.
Hoy, desde la posibilidad creativa, le invito a escribir poesía, y comparto este breve poema que nos sirva de guía para los encuentros de bienestar.
Desde el corazón convoco a las flores,
que su fragancia guíe la respiración profunda.
Que el colibrí, con danza vibrante añore
los motivos del latir de tu corazón.
Una mariposa inspiración de pasiones
Con su aleteo abre rendijas de posibilidad
Una grieta sin broches
Para lidiar con la calamidad.
No temas los horrores
Ni los silencios, ni los amores.
Transfiguraciones mentales, simples cuestiones
Donde formas y colores se configuran a voluntad
Mente y corazón, no son añejos islotes
Son sutiles y fuertes como leones
Activa el interruptor anti temores
Que la poesía nos salve desde el goce.