México pasó de contar hace 40 años con 28 millones de hectáreas para la producción de alimentos, a solo 21 millones en la actualidad, es decir que perdió 7 millones, debido a la falta de apoyo para los campesinos, exhibió José Jacobo Femat, presidente de la Central de Organizaciones Campesinas y Populares (Cocyp).
Al encabezar el conversatorio sobre la reforma al artículo 27 constitucional y el impacto del T-MEC en el campo, organizado por la Asamblea Nacional Indígena, Campesina y Social (ANICS), mencionó que está situación es incongruente, ya que a empresas como Audi de México la regalaron tierras, mientras que a los productores de alimentos les niegan todo, desde créditos hasta asistencia técnica y precios justos.
Añadió que además está el fenómeno de acaparamiento de tierra en los principales distritos de riego, especialmente en el norte del país, donde prácticamente ha desaparecido la propiedad social, situación que consideró grave.
El dirigente expuso que un punto de quiebre para el campo mexicano ocurrió en 1992, con la reforma al artículo 27 de la Carta Magna, que permitió la privatización de la tierra ejidal y que con la entrada en vigor del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN), generó graves estragos a los campesinos.
Añadió que además está el fenómeno de acaparamiento de tierra en los principales distritos de riego, especialmente en el norte del país, donde prácticamente ha desaparecido la propiedad social, situación que consideró grave.
Pero aún más, dijo, ante la falta de apoyos, los campesinos empezaron a vender las tierras y los jóvenes a migrar o unirse a las filas del crimen organizado, abundó.
José Jacobo Femat planteó una nueva reforma al 27 constitucional, que contemple no solo los derechos de propiedad de la nación sobre las tierras y las aguas, sino también en torno al espacio radioeléctrico, el subsuelo, idioma, colores, bordados y las lenguas, pero especialmente la propiedad social.
“Esta modificación que estamos proponiendo permitiría recuperar los derechos de la clase campesina y me estoy refiriendo a los indígenas y campesinos mestizos. Es importante recuperar este derecho a ser reconocida como clase campesina y que tenga derecho a la propiedad social, la tierra debe ser de quien la trabaja”.
Lamentó que a los campesinos se les vea como un sector que no tiene capacidades, pese a que han dado la vida en movimientos como el de la Revolución Mexicana.
Asimismo, enfatizó que en 2018 aportaron 8 millones de votos al triunfo de Andrés Manuel López Obrador.
Por ello, exhortó a los legisladores federales a que entiendan que es el campo mexicano el que debe alimentar a la nación.
Subrayó que Morena es mayoría en el Congreso de la Unión, por lo cual no tiene pretexto para revisar y restituir la totalidad de sus derechos a los campesinos.