En 20 años, 11 mil 293 niñas y adolescentes del estado de Puebla dieron a luz antes de los 15 años de edad, de acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
Durante ese periodo, la incidencia ha reducido 32.2 puntos porcentuales. Sin embargo, cada año son en promedio 518 las mujeres que están en el citado rango de edad las que tienen un parto natural o cesárea.
Durante las últimas dos décadas, el año con menor incidencia fue 2020 (el primero de la epidemia de Covid-19), con 360 nacimientos de niñas y niños cuyas madres eran menores de edad. En cambio, 2008 fue cuando hubo más casos, con 670.
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En 2023, 430 infantes y adolescentes de menos de 15 años se convirtieron en madres. Los registros del Inegi refieren que Puebla capital, Tehuacán y Quecholac, concentraron la mayoría de casos, con 82, 14 y 11, respectivamente.
En conjunto, en esos tres municipios hubo 107 madres adolescentes y niñas, cantidad que representa el 25 por ciento del total del año antepasado.
Asimismo, en 126 de los 217 municipios del estado de Puebla hubo por lo menos un caso como los referidos.
Por otra parte, entre 2002 y 2023 hubo 524 mil 519 nacimientos en los que la edad de la mamá era de entre 15 y 19 años. A lo largo de ese ciclo, en promedio, 23 mil 842 mujeres al año tuvieron parto natural o cesárea.
En ese mismo periodo, la incidencia en esta entidad federativa redujo 42.2 puntos porcentuales, ya que mientras en 2002 fueron 26 mil 236, para 2023 la cantidad descendió a 15 mil 148, es decir que fueron 11 mil 88 menos.
En los años 2010 y 2012 se registraron las mayores cifras de mujeres que aun siendo menores de edad o con mayoría recién adquirida, dieron a luz, con 27 mil 698 y 27 mil 90, respectivamente.
El Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) ha señalado que el embarazo adolescente continúa siendo un problema público en México que no ha logrado contenerse. Esta situación afecta el acceso a derechos fundamentales de niñas y adolescentes, como la educación, la salud y el desarrollo integral.
Para resolver la problemática, el organismo plantea fortalecer la Educación Integral en Sexualidad (EIS) en todos los niveles educativos, comenzando desde primaria; garantizar el acceso a anticonceptivos modernos, especialmente de largo plazo, como implantes o el dispositivo intrauterino; y diseñar políticas diferenciadas por edad, debido a que no es lo mismo atender a una adolescente de 18 años que a una niña de 12.
También plantea incluir enfoque de género, derechos humanos e interculturalidad en las políticas públicas; y reforzar la prevención de violencia sexual y mecanismos de justicia para niñas menores de 15 años embarazadas.
Consulta: Madres adolescentes, contexto global