Luego de dos años de inactividad, dentro de 15 días, poco antes de iniciar el periodo de asueto navideño, el Consejo Estatal de Morena podría volver a sesionar y retomar su papel de órgano de conducción de este instituto político y ser la instancia necesaria en donde se tendrá que acordar muchas de las candidaturas a alcaldes y diputados locales. En ese regreso a la “nueva normalidad”, se medirán las fuerzas internas y se decidirá cuál es la corriente más influyente del partido en el poder.
Se dice que en fechas recientes Mario Delgado Carrillo, el recién estrenado presidente nacional de Morena, se habría reunido con los siete gobernadores morenistas –entre ellos el de Puebla, Luis Miguel Barbosa Huerta– y les habría ofrecido que ellos lleven “mano”, es decir prioridad, en decidir las principales candidaturas a cargos de elección popular del ámbito local.
Esa determinación no impide que el Consejo Estatal de Morena juegue un papel compartido, con la dirigencia nacional morenista y el titular del Poder Ejecutivo, en la definición de candidatos y en la apertura de aspirantes externos, que no tienen militancia en el Partido de Regeneración Nacional, pero que buscan una postulación por dicha agrupación.
Incluso se habla que ya habría existido un primer acercamiento entre el gobernador Luis Miguel Barbosa y Mario Bracamonte González, quien enfrenta un litigio –que en breve tiene que resolver el Tribunal Estatal Electoral, por disposición judicial del ámbito federal– en la disputa por la dirigencia estatal de Morena en Puebla y es quien tiene más influencia a nivel de consejeros morenistas. Si es verdad esa versión, el dialogo habría versado sobre cómo elegir a los próximos candidatos.
Más allá de la coyuntura de cómo se decidirán las postulaciones de cara a la renovación de ayuntamientos y del Congreso local, lo relevante es que con el regreso del Consejo Estatal se podrá oxigenar la vida de Morena, un partido que ha estado ausente, paradójicamente, desde que llegó al poder en Puebla.
Un tercio de los miembros del Consejo Estatal, con apego al estatuto partidista, han convocado para dentro de 15 días la primera sesión de ese órgano colegiado, que no se reúne desde 2018, en mucho por la desidia y falta de capacidad política de su presidente, Saúl Papaqui Hernández, quien luego de conseguir trabajo en un ayuntamiento surgido de las filas morenistas se olvidó de sus responsabilidades partidistas.
El Consejo Estatal de Morena cuenta con 150 miembros, pero de ellos, se estima que unos 30 ya no participan, porque migraron a Estados Unidos, se mudaron a otra fuerza política u ocupan cargos en el gobierno federal.
Hace unos días, 59 consejeros firmaron su adhesión a un manifiesto, en el que plantean revivir el Consejo Estatal, pero al mismo tiempo respaldaron que Mario Bracamonte González regrese el control de Morena. Siendo, por ahora, el bloque más fuerte al interior del órgano de gobierno de dicho instituto político.
Se dice que la cifra de consejeros podría ascender a 70, antes de realizarse la asamblea programada para mediados de este mes.
Un segundo grupo fuerte es el de Gabriel Biestro Medinilla, el presidente del Congreso, pero que se ha visto reducido en los últimos meses y ahora estaría entre 20 y 25 consejeros.
El tercero en importancia es el de la edil de Puebla, Claudia Rivera Vivanco, que también estaría oscilando entre los 18 y 23 miembros.
Rodrigo Abdala, el super delegado del gobierno federal, antes de la contienda de 2018 dominaba en el Consejo Estatal y ahora la mayor parte de sus delegados se han alejado de Morena. Su fuerza se ubica en unos 10 integrantes del cuerpo colegiado morenista.
No se descarta que los consejeros de Biestro pudieran respaldar a la expresión de Bracamonte y esta llegue a los 90 integrantes, que sería la fuerza decisoria en el órgano de gobierno.
Y en mucho, sería un contrapeso muy importante en la definición de las candidaturas de la capital del estado.
Regreso a las obligaciones estatutarias
Los consejeros que se preparan para sesionar dentro de 15 días lo harán bajo la siguiente proclama, que contiene 6 puntos, pero estos son los que destacan:
“Rescatemos de su inacción e inoperatividad al órgano de conducción del partido en nuestro estado que ha permanecido ajeno al cumplimiento de sus obligaciones estatutarias y lo pondremos de inmediato en funcionamiento para servir a los verdaderos fines de Morena”.
“Que continuemos en forma decidida con la construcción de la organización necesaria para que nuestro partido tenga presencia activa y no solamente nominal en todos los rincones de nuestro estado y pueda, en su momento, conseguir la victoria en los procesos electorales venideros”.