Para evadir multas por descargar aguas residuales contaminadas o por carecer de permisos, industrias migran a municipios que no tienen capacidad de sancionarlas, sostuvo Francisco Muñoz, presidente de la Asociación Poblana de Empresas de Medio Ambiente (APEMA).
Añadió que también suelen mudarse a demarcaciones en donde la vigilancia de las autoridades es prácticamente es nula.
“Es una condición federal, pero los municipios descargan a los cuerpos federales. Entonces, no todos los municipios tienen en su Ley de Ingresos y de Egresos el cobro de contaminantes…Hay empresas que se han cambiado a juntas auxiliares donde no hay una legislación, ni siquiera hay uso de suelo y ahí están descargando”.
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Actualmente sólo cinco municipios, de un total de 22 en el estado de Puebla por los cuales pasa el río Atoyac, pueden aplicar sanciones, se trata de Puebla, San Andrés Cholula, San Pedro Cholula, San Martín Texmelucan y Amozoc,
El dirigente comentó que si bien varias, con alevosía y ventaja están contaminando, hay otras más que lo hacen por desconocimiento de las regulaciones en el país.
Abundó que también hay unidades habitacionales que deben ser inspeccionadas, puesto que llegan a contaminar el agua más que las empresas.
Francisco Muñoz expuso que si bien existe un Plan Nacional Hídrico diseñado por el gobierno federal para el rescate de afluentes como el Atoyac, Lerma-Santiago y Tula, un sexenio será insuficiente para sanearlos, ya que refirió que en Alemania les tomó más de 40 años.
En ese contexto comentó que la instalación de plantas tratadoras de agua ha sido un verdadero fracaso y solo ha significado sido un negocio para los gobiernos que las compran e instalan, pero no garantizan su funcionamiento.
En opinión de Francisco Muñoz, para elevar la probabilidad de éxito en el saneamiento, es necesario vincular lo legal y lo técnico.
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“Qué bueno que la presidenta esté viendo el tema del Atoyac y esté viendo el gobernador también esta parte, pero insisto, es un tema multifactorial donde las empresa empresas tenemos que comprometernos a tener también un código ético de los residuos y sobre todo, Puebla ya no tiene agua, tiene pozos que están muy profundos, más de 250 metros y el agua es muy dura, esto también es contaminación”.
Condenó que el cuidado del medio ambiente en México, para varios sectores, todavía esté en un segundo plano, pese a que el estado en el que se encuentra impacta a toda la población.
Si los empresarios no pueden tener una conciencia ecológica, por lo menos deben tener una conciencia humana y adoptar medidas para evitar afectaciones al agua, suelo y aire, opinó.
