Hace algunas décadas al cumplir las mujeres 40 años, en menor grado los hombres, ya había pasado su época casamentera y de embarazos; si alguna quedaba embarazada después pensaba que era menopausia y había risas entre las féminas, debido a que era evidente que la pareja seguía teniendo relaciones sexuales, cuando se pensaba que a esa edad ya se había acabado el deseo y, además, el benjamín nacía sano.
Una década después, a los 50, ya era abuela, cuidaba nietos, pintaba canas y se dedicaba a labores del hogar con la familia que en su mayoría, en México, era extensiva: incluía a tías solteras, viudas, enfermas, y la familia procuraba su bienestar y ellas correspondían con servicio a la comunidad. Anterior a esa generación de mis abuelos, cumplir 50, era estar casi al borde de la muerte, debido a que la expectativa de vida y atención a las dolencias de la gente mayor no contaba con los grandes avances científicos y de tecnología médica que nos ha cambiado la vida.
En la actualidad los 50 son los nuevos treinta, donde hombres y mujeres nos mantenemos activos, con una vida independiente, en plenitud de facultades, con ingresos propios, metas a seguir, cultivando amistades para viajar por el mundo y divertirnos, pero esto no sólo cuenta para los cincuentones, sino para las generaciones de 60, 70 y 80, y podemos decir que los 60, son los nuevos 40; los 70, los nuevos 50 y los 80, los nuevos 60; personas que ahora vemos en redes sociales que viven en comunidades para disfrutar sus épocas doradas con sus pares y regocijarse de sus tiempos de juventud, bailar, pasear, salir a comer y viajar.
Ahora un gran número de artistas y celebridades, cincuentones impecables, se encuentran en óptimas condiciones físicas y mentales para interpretar papeles que en otros tiempos eran reservados para personas de menor edad y estos mismos personajes, en unos años más, seguirán interpretando papeles intrépidos en películas y series.
Ahora viene algo muy interesante: la edad ya es un sinsentido, ya puedes vivir intensamente tu vida desde adolescente hasta donde la salud mental y física, y un cuerpo bien cuidado, aguante. La nueva modalidad de vejez ya no es por edad, ya no es por números ni contar años, sino por condiciones de salud; ahora se dice, y se fundamenta, en que nos volvemos viejos, en el momento en que nos volvemos dependientes.
Así las cosas.