Ante la detención del presidente municipal de Acatlán de Osorio, Arturo Cajica Gómez, en esa localidad de la Sierra Mixteca de Puebla hay incertidumbre, pues a más de 24 horas de la aprehensión del munícipe emanado de la coalición PAN-PRD en el ayuntamiento no había información oficial sobre quién asumirá el mando de la Comuna y se presumía que esa responsabilidad podría recaer provisionalmente en el síndico, Pedro García Núñez.
Esta casa editorial consultó ayer a lo largo del día a varias fuentes autorizadas y extraoficiales de la región de Acatlán y todas coincidieron en que lo que imperaba era la confusión.
Dijeron que, tras la vinculación a proceso de 24 de los 27 policías municipales de Acatlán de Osorio por su probable participación en el homicidio del exdirector de Seguridad Pública, Héctor García Álvarez, y de su esposa el pasado 21 de abril, las funciones de vigilancia han sido tomadas en los hechos por la Policía Estatal.
Sin embargo, en lo concerniente al ejercicio de la autoridad campeaba la zozobra, sobre todo porque entre los integrantes del cabildo y sus asesores se analiza cuál es el procedimiento legal a seguir en lo que se termina la situación jurídica de Arturo Cajica Gómez.
Lo cierto es que ayer la presidencia municipal de Acatlán de Osorio lució casi vacía, a pesar de la crisis de poder que supone la ausencia del alcalde. Se esperaba que hubiera una sesión extraordinaria de Cabildo, pero esta se pospuso para hoy, con el pretexto de que había asueto por el día de las madres, aunque la verdadera razón, confluyeron algunas de las fuentes que brindaron información.
Los mismos informantes señalaron que entre los regidores y regidoras que integran el cabildo de Acatlán de Osorio hay temor por los hechos delictivos y las detenciones de las semanas recientes, por lo que hay algunos que están pensando en abandonar su responsabilidad.
Se sabe que desde 2018 la región de Acatlán de Osorio es un territorio dominado por “Los Rojos”, que fue el brazo armado del Cártel de los Hermanos Beltrán Leyva, por lo que en Acatlán la gente tiene miedo de hablar sobre lo que está sucediendo.