Como solamente tiene un número en la tómbola y ese número es bajo y lo libra todo al azar, la Franja volvió a perder en casa y liga ya tres derrotas consecutivas. La última, el viernes y casi sin público, ahuyentado por la lluvia y el frío, ante Ciudad Juárez, nada menos que colero absoluto hasta que se topó con el salvavidas de franja azul.
Nada nuevo: falló la defensa –dos goles de córner, el primero rematado por Jairo Torres al filo del área chica y sin un solo adversario cerca (40´)–, y aunque el Puebla regresó del descanso dispuesto a todo –coraje no le falta– y la igualada llegó pronto por un penalti inobjetable (Quiñones, 47´), en el afán de ir al frente se descuidó la retaguardia y la nahualiza juarense extrajo petróleo de la desolada pradera. Puesto que el ataque camotero es un puro juego de azar, sin armado ni remate, los fronterizos colaron dos ofensivas letales –la última, la del penalti del Wacho, por un descuido imperdonable– y colorín colorado (Manríquez 67´ y Estupiñán 90+5´). La postrera arremetida poblana, con todo y el segundo gol de Luis Quiñones (90+8´) no sirvió de nada (2-3).
Jornada 10. Cruz Azul se confirmó líder inamovible luego de golear al Pachuca (2-4), marcador engañoso, pues mientras jugaron once contra once, el local mantuvo la iniciativa y se adelantó dos veces en el marcador. Pero al sobrevenir la dudosa expulsión de Barreto (48´), el cemento se apoderó de la pelota, demostró que sabe manejar a conveniencia los partidos y hasta pudo ganar por un margen más amplio.
De los dos que le siguen en la tabla clasificatoria, el Toluca, que empezó dubitativo su choque contra el Atlas en la Bombonera, terminó por aprovechar las descompensaciones técnicas y tácticas del adversario para llenarle la canasta (4-1), mientras Tigres, en su nueva versión como equipo presuntamente “intenso” tuvo que recurrir a la providencia del VAR para conseguir sacarle el empate a dos a un León que, con Berizzo al timón, parece dispuesto a regresar a su versión de equipo tocador y duro de pelar. Algo que Guadalajara y Monterrey siguen sin lograr, lo ilustra su encuentro del sábado en el Akron, parcos en la definición ambos, mucho esfuerzo y podo futbol. Cuando el rebaño cantaba ya victoria, Tecatito Corona se acordó de quien alguna vez fue y puso el 1-1 final (88´).
El resto es calderilla. Un 0-0 infamante entre Querétaro y Necaxa en el Corregidora, precario 1-0 de Xolos sobre Mazatlán, que ya acompaña a Juárez en el sótano, y lógica victoria del San Luis (3-1) sobre un Santos que sigue penando mientras su dueño, el tal Irarragorri (Grupo Oregi), se entrega en cuerpo, alma y bolsillos llenos a la polaca flaca, cerca de Televisa y demás socios menores.
Tabla general. Nadie les tose a los cementeros (24 puntos), por más que Toluca, Tigres y Monterrey se las hayan arreglado para alcanzar los 21 este fin de semana, los Rayados con un partido más. Les siguen San Luis y Tijuana (17), luego Pumas (16) y, en sucesión, Chivas (15), Atlas (14), Necaxa (13, mismos que tenía el América antes de jugar anoche en CU); y mirándolos desde abajo Puebla (11), Pachuca (9), tres con 8 puntos (León, Querétaro y Santos), y en el fondo, con 7, Juárez y Mazatlán.
Vaya con el VAR. Se suponía que nos libraría de gruesas injusticias arbitrales y resulta que los señores a cargo parecen empeñados en reiterarlas, en perjuicio de los directamente interesados y de la afición. Por ahora, ha servido para interrumpir los partidos por tiempo indefinido, ya que en vez de recurrirse a personas entrenadas en decisiones rápidas, en el VAR, la mayoría de las veces, necesitan ver diez veces una jugada antes de pasarle la pelota al central para que resuelva el galimatías, una vez perdidos cuatro o cinco.
Este fin de semana, la puerca volvió a torcer el rabo y el VAR quedó en ridículo varias veces. Lo más sangrante ocurrió en el Volcán regiomontano, donde entre los de arriba y el de abajo le robaron dos goles legítimos al León. Y el sábado, para no ser menos, en el Akron tapatío, los jueces reincidieron en la demora, las indecisiones y el localismo para escamotearle al Monterrey un gol al considerar que el portero del Guadalajara tenía ya la apelota asegurada, lo cual era falso, cuando Lucas Ocampos la puso en la red.
O sea, mientras no haya árbitros competentes y componendas bajo cuerda el VAR, con sus dudas y demoras, sale sobrando.
La Champions, bajo nuevo formato. Arrancó la semana anterior una larguísima liga de 36 equipos, cada uno de los cuales tendrá que enfrentar a otros ocho (cuatro en casa y cuatro fuera), para que, una vez celebradas esas jornadas de masivos entreveros, los 16 mejor ubicados en la tabla unitaria pasen directamente a octavos de final, allá por febrero-marzo del año entrante.
Pero, ojo, para participar en la liga antes han tenido que jugarse previamente tres fases eliminatorias con la participación de 42 equipos para extraer de ahí los cuatro que marcan la diferencia con el modelo anterior (de 32 a 36). El único objetivo cierto sin duda es el dinero, el afán de exprimir la naranja hasta la última gota aunque con ella caiga también el futbolista, obligado en aras del “profesionalismo” a jugar-viajar-concentrarse de manera exhaustiva, explotado física y mentalmente hasta rozar lo inhumano.
¿Pan para hoy y hambre para mañana? En el fondo, no es buena señal que la UEFA le esté buscando tres pies al gato con su nueva manera de formatear la ChL –modelo suizo lo han llamado–, dejando atrás la idea de las ocho cuartetas habituales para dar cabida a cuatro equipos-comparsa más, a fin de ampliar el número de partidos y, en consecuencia, las recaudaciones televisivas que son el eje del negocio, independientemente de lo que las hinchadas dejen en taquilla como consecuencia del estratosférico incremento de partidos. Lo que podría verse como un caso más de avaricia empresarial, solamente útil para ilustrar la codicia sin límites de los capitostes, puede asimismo obedecer a que, tras la era dorada cuyo emblema estaba en la dupla Messi-Cristiano, ya preterida, el interés del público y su reflejo en los números de los contables se les esté desmoronando.
Eso sin olvidar que, en jugada a varias bandas, se trataría también de disuadir a las dirigencias de los clubes más pudientes en su constante amenaza de armar una superliga para ellos solitos. Quizás, por ahora, el dichoso modelo suizo lo consiga, pero a la larga, y si no hay un cambio de mentalidad entre los presuntos aristócratas del futbol europeo, será cada vez más difícil contener la desbandada de éstos en pos de los restos del suculento banquete futbolero. Y hablo de restos porque una de las principales causas de desazón generalizada –entre ellos y en la UEFA– radica en los problemas que ya asoman para mantener en un nivel alto los derechos de imagen, causa de los constantes cambios de cadenas y patrocinadores de las transmisiones que se han venido sucediendo.
El riesgo es que, al final, la codicia rompa el saco, por decirlo castizamente.
Empezó la marabunta. Cumplida la primera tanda de partidos –nada menos que 19, repartidos en dos fechas–, encabezan la monumental tabla clasificatoria Bayern Múnich, Celtic Glasgow, Leverkusen, Aston Villa, Dortmund, Sparta de Praga, Liverpool, Juventus, Real Madrid, Sporting de Lisboa, Benfica, Atlético de Madrid, PSG, Mónaco y Brest, todos con tres puntos. Sobresale la paliza del Bayern al Dinamo de Zagreb (9-2) y sorprendió la derrota del Barsa en Mónaco (1-2), en tanto pasaba trabajos el Real Madrid, campeón defensor, para imponerse al Stuttgart (3-1) y continuaban en baja forma los italianos, según demuestra la derrota del Milán en cancha propia a pies del Liverpool (1-3).
En fut callejero México es el amo. Se disputaron el sábado las dos finales del mundial de selecciones nacionales de jóvenes sin hogar (Homeless World Cup), con la participación de 42 países y Seúl como sede. La varonil mexicana se despachó a Inglaterra 6-5 viviendo de atrás y evitando a última hora los penales de desempate. Las muchachas, por su parte, arrasaron con la cuarteta de Rumania (5-2) y es la novena vez que ganan la Copa, pero el marcador, que habían inaugurado las balcánicas, se mantuvo en suspenso hasta bien entrada la segunda parte.
Este torneo, avalado por la FIFA y encaminado a la reinserción social de personas en situación de calle, se viene jugando desde 2003 y cuenta con reglas tan singulares como la tarjeta azul, que representa para el jugador que la recibe una suspensión de dos minutos. Otras novedades son el “portero volante” y las reducidas dimensiones del terreno (20×16 m.), acordes con escuadras con sólo cuatro integrantes y tiempos igualmente cortos.
La selección varonil de México ha sido finalista diez veces y ganado la Copa en cinco ocasiones: 2015 en Holanda a Ucrania (5-2), 2016 en Escocia a Brasil (6-1), 2018 en México a Chile (6-3), 2019 en gales a Chile (5-2) y ahora a Inglaterra en Corea del Sur. Por su parte, la Tri femenil, luego de tres intentos fallidos, desde 2012 sólo ha perdido una final –la de 2014, ante Chile–; venció en fila a Brasil (6-2), Chile (4-1), en 2015 se desquitó de las chilenas retomando el mando en 2015 (3-1) y, desde entonces todo han sido victorias: 5-0 Kirguistán, 4-2 Chile, 5-3 Colombia, 6-0 Perú, 2-0 Chile y 5-2 Rumania.