Por tres días consecutivos el portal de La Jornada de Oriente no pudo brindar sus servicios ordinarios a la audiencia debido a un ataque severo por parte de hackers. El equipo de sistemas de esta casa editorial detectó que la ofensiva se hizo desde una dirección IP radicada en China.
Aunque aún se están analizando las causas de la agresión, hay dos hipótesis sobre ella: una es que un ciberpirata haya decidido colapsar los servidores en los que se aloja www.lajornadadeoriente.com.mx, con lo cual no se buscaba hacer un perjuicio en particular a este periódico, sino a la empresa que le presta el servicio.
El otro supuesto es que un tercer interesado haya contratado los servicios de hackers o crakers profesionales para triangular las afectaciones al portal, por lo cual el ataque sí fue orquestado directamente en contra de La Jornada de Oriente.
Lo cierto es que a lo largo de esas casi 72 horas se detectaron también IP procedentes de Canadá, perjudicando al sitio.
Los expertos del equipo de sistemas llegaron a detectar un posible programa que hacía entradas masivas al portal para generar su saturación y “derrumbarlo”. Como una medida provisional los contenidos se actualizaron en el blog http://lajornadadeoriente. blogspot.mx/ y la difusión de noticias se hizo normalmente por las cuentas de facebook y twitter.
Ante el ataque que por tercera vez en el año recibe el portal de La Jornada de Oriente, medios de comunicación editados en la capital del país y usuarios de las redes sociales compartieron la información sobre la agresión y se solidarizaron.
Sin embargo, Aristegui Noticias y La Jornada Online, entre otros, consignaron entre sus contenidos el ataque; además, vía twitter, periodistas como Pedro Miguel también denunciaron la ofensiva.
Además, usuarios de las redes compartieron en todo momento los avisos que emitía este diario por el hackeo.
Este es el cuarto ataque que sufre el portal de La Jornada de Oriente, aunque se está afianzando la certeza de que la más reciente ofensiva, que tuvo su episodio más grave en estos tres días, en realidad se trató de una agresión de largo aliento, que empezó desde el viernes 5 de junio, en vísperas de las elecciones federales de este año y fecha en la que, coincidentemente, fueron detenidos siete alumnos de la UAP, acusados falsamente de haber atentado en contra de instalaciones del Instituto Nacional Electoral, la Secretaría de Economía y una estación de la RUTA.