Transformación es que ha sacado a relucir al conservador, ultraconservador, racista, clasista, machista, homofóbico y otras expresiones discriminatorias que muchas mexicanas y mexicanos llevan dentro. No importa si se trata de una reforma laboral que reduzca la jornada laboral -cosa que no ha pasado todavía-, los programas de becas para jóvenes, madres o personas de la tercera edad, el diseño de más universidades públicas o la elección de todas las elites judiciales del país, siempre habrá comentarios negativos y discriminatorios al por mayor. Como dice el dicho, “y sigue la mata dando”. El caso más reciente lo representa la reacción más conservadora e irracional en torno a esta noticia publicada en La Jornada el pasado 25 de febrero de 2025: “Los gobiernos de la Ciudad de México y federal firmaron un acuerdo para que en 78 escuelas de educación básica públicas en la capital se impartan clases de náhuatl, como parte de las acciones para preservar dicho idioma. (…) En el Día Internacional de la Lengua Materna, la titular del Ejecutivo local, Clara Brugada Molina, subrayó que el propósito es que los alumnos conozcan la historia de los pueblos originarios, sus saberes y tradiciones”. Y, como reza el dicho popular también, “ningún chile les embona”, abundaron comentarios negativos en redes sociales. De hecho, se escenificó en redes un intercambio entre Chumel Torres, “influencer” que vive de la controversia y el escándalo y Pedro Salmerón, académico y actual director del Archivo General Agrario. Todo ello fue debido a que, según nota publicada en El Universal, “el comediante le contestara a una usuaria que defendió la enseñanza del náhuatl, considerando que en el mundo laboral no se usa el teorema de pitágoras. (…) Ante ello, Chumel contestó: ‘Si en tu mundo laboral no usas las matemáticas o el álgebra es porque no estás haciendo nada por la ciencia, la tecnología o el futuro […] Está bien ser godinez, ánimo’. (…) Sin embargo, el historiador Pedro Salmerón cuestionó al también locutor, pues se requieren profesionales hablantes de náhuatl en diferentes instituciones. ‘Un tonto que cree que todo lo que se estudia es para ser esclavo mañana (suprimamos todo arte y cultura que no dan trabajo). Un tonto que desconoce que se requieren profesionales hablantes de Náhuatl en el INALI, el INPI, el INAH, la UNAM, la secretaría de Bienestar, etc, etc… y que urgen’”. En efecto, se requieren hablantes de diferentes lenguas en dependencias y espacios de gobierno y otras áreas; pero también, es fundamental que se fomenten las lenguas originarias, muchas de las cuales, por diversas razones, se encuentran a punto de desaparecer.
También en El Universal se da cuenta de cómo Salinas Pliego, el empresario más famoso hoy por sus exitosos esfuerzos por no pagar impuestos y por repudiar abiertamente todo lo que ha hecho la 4T, que por ser dueño de múltiples empresas, compartió en X, una ilustración que publicó en X también el caricaturista Antonio Garci Nieto, acompañado del texto: “Muy importante, porque en inglés ya sabemos cómo les dicen”. El X original de Garci es una ilustración sacada del Códice Laud, folio 20 que muestra a un personaje con rostro de calavera, que sostiene en una mano una cabeza decapitada y en la otra un cuchillo de pedernal y que el “simpático” caricaturista acompañó con el texto: “Aquí está como se escribe ‘Narco gobierno’ en Nahuatl, por su lo ocupan (sic)” y que comparto tal cual como fue escrito, con todo y errores mecanográficos. La utilización de semejante imagen no sólo es evidencia de la mala leche destilada por el caricaturista, sino que denota a su vez una clara desaprobación de la medida y la franca acusación a los gobiernos de la 4T de tener nexos con el narcotráfico -muy a la Trump, sin evidencias-; pero la cosa no queda ahí pues también es muestra de su racismo y clasismo en amplios niveles: esto es que, para personas que piensan como él, aquello relacionado con alguna lengua de nuestros pueblos originarios es, por definición, prehispánico y, por tanto, según este mismo argumento, salvaje y clara representación de atraso. Ya he hablado sobre el tema en otro espacio donde analicé el Sacrificio Humano y Canibalismo y la forma en que es concebido por nuestro mundo piadoso occidental, es decir, la civilización (Europa) que vence a la barbarie (Mesoamérica). ¿Que no lo hizo con esa intención y sólo usó esa imagen como algo “chusco y divertido”? Yo no lo creo. Eligió la imagen con una más que evidente mala intención. Por su parte, que Salinas Pliego comparta esa imagen, hace ver que comulga con todo lo dicho. Las reacciones del público en general, igualmente racistas y clasistas, no se hicieron esperar. Acá una pequeña muestra de los que aparecen en una publicación en Facebook de un medio mexicano: “Todo por una limosna de beca…Cada vez más Venezuela” (…) “Y para que aprender algo que ningun beneficio les traerá. Puras ocurrencias y usando narrativas torcidas para su beneficio político” (…) Pobres muchachos. Mejor enseñenles Inglés, un lenguaje útil”(…) “También que les enseñen a rebajar las chinampas” “Vamos en retroceso y los papás felices con sus becas q importa el adoctrinamiento y la ignorancia q conlleva el retraso de sus HIJOS”. Por supuesto, los dejé tal cual, con faltas ortográficas y mecanográficas de todo tipo. El de las chinampas expone lo mismo que la caricatura de Garci: relacionar la enseñanza de una lengua originaria con prácticas y técnicas del pasado, que, por cierto, claro que nos serían muy útiles el día de hoy en que hemos depredado el medio ambiente con modelos de explotación desmedida en monocultivos y de exceso de alimentos altamente procesados. Pero los “atrasados” son nuestros pueblos originarios. Claro.
Llevamos años de gobiernos neoliberales en que la educación debe estar supeditada a los mandatos del mercado y de que todo lo que se enseña debe tener una utilidad práctica. Por tanto, aprender una lengua que se ocupará en el entorno inmediato, en la conservación de tradiciones, usos y costumbres, en la defensa de la tierra, en la representación de personas privadas de la libertad que no hablan castellano, es considerado inútil. Por supuesto, de acuerdo con estos argumentos, hablar inglés te coloca de manera inmediata en un plano internacional, con toda la ingenuidad que eso comporta. Hablar una lengua extranjera tiene sus enormes ventajas, no lo niego; pero usualmente vienen relacionadas con aspectos prácticos, laborales y, en no pocos casos, de investigación. Sin embargo, el proyecto de la CDMX persigue otros objetivos que van, como se ha visto, de la mano del desarrollo cultural e identitario de las y los niños. Una enorme cantidad de nahua hablantes han dejado de enseñar a sus hijos y nietos por el miedo de que por ello sean discriminados. Esto es una realidad y, por más que lo quieran negar los detractores de estas iniciativas, el racismo y el clasismo se encuentran detrás de sus consignas. Simplemente se camuflan bajo el pretexto de un pragmatismo supuestamente inofensivo. ¡Pamplinas! La colonialidad en la que vivimos hace que no sólo el color de la piel, sino las tradiciones, la cultura y la lengua sean una “vergüenza” para semejantes “arios a la mexicana”. Por ejemplo, acá en Puebla, el que las comunidades de Chipilo, que hablan su muy particular variante del Véneto, lanzaran una iniciativa a favor de su enseñanza en las escuelas, seguro sería mejor recibido por sus orígenes europeos. La enseñanza de la lengua náhuatl en las escuelas hará que, desde pequeños, las y los niños vean con naturalidad que existan personas que hablan esta lengua y, con suerte, discriminarán menos en su vida adulta. Ojalá este ejemplo cunda en todo el territorio nacional y pueda convertirse en una enseñanza obligada en los planes de estudio de educación básica dependiendo de las regiones y de sus lenguas. Es justo y necesario que algo así opere, pues indudablemente hará que abracemos identidades compartidas y que comprendamos mejor el pensamiento de nuestros pueblos originarios. La belleza y plasticidad de sus lenguas, no sólo en su pronunciación, sino en la estructura mental que viene emparejada con ellas, bien puede contribuir a construir mundos mejores y a establecer relaciones más estrechas entre las personas y los grupos; de igual manera, a comprender desde la lengua, prácticas y tradiciones, que en no pocas ocasiones vienen relacionadas con el respeto al medio ambiente, a las entidades que los habitan y al respeto de lo colectivo, lo familiar y a nuestros ancestros. Mucho, en verdad mucho, se puede aprender cuando nos adentramos en el conocimiento de una lengua de las más de 60 que se hablan en nuestro país. Aunque duela, se trata de un acierto de la 4T.