Para el artista Oscar García de la Rosa el grabado y las demás disciplinas en las que ha incursionado, al lado de sus compañeras del Taller Barrio Gráfico, Esmeralda Juárez y Diana Karen García de la Rosa, ha sido una labor diaria, un trabajo, una forma de “chambear, de desarrollar la acción”.
Actualmente, el egresado del Instituto de Artes Visuales del Estado de Puebla exhibe Alto contraste, una pequeña muestra de su trabajo gráfico en Karuzo, en el marco del 18 aniversario de este foro cultural independiente y autogestivo.
El cofundador del Taller Barrio Gráfico señala que su trabajo y el de sus compañeras ha sido diario, además de que ha tenido varios caminos: el interés por la forma rápida de reproducción, la pintura, la práctica ecológica, los procesos y técnicas que no se enseñan en la escuela, e incluso proyectos que han tenido repercusión en lo social.
En esa curiosidad y en ese andar, el grupo vio que el grabado tenía varias técnicas, materiales y procesos, con maestros impresores que se han formado y destacado, sin que exista una escuela de verdadera formación en el país.
“Empezamos a desarrollar técnicas, a experimentar con materiales, a revisar, a hacer tintas y a hacer herramientas”, señala y dice que este último renglón, el de la construcción de herramientas, ha sido un gusto personal que ha desarrollado para abonar en la disciplina.
En el camino, él y sus compañeras del taller Esmeralda Juárez y Diana Karen García de la Rosa, vieron en esta disciplina y en la pintura mural ciertas características en común: el mostrarse, el tener detrás de si lo colaborativo y lo contributivo, y el desarrollar temas específicos y hasta profundos.
“Han sido etapas que hemos ido viviendo. Del grabado ha sido el trabajar, de manera simbólica, con la luz y la oscuridad, el hacer un gubiazo”, dice mientras parece que con sus manos talla una placa.
Su interés, define García de la Rosa, ha sido “por el instante”. Ello, abunda, porque le interesan temas en los que profundiza: el cómic, los juguetes, lo cotidiano, las danzas, los cuentos, las leyendas, la reflexión de los hechos sucedidos. “Ha sido una mezcla rara en la que todos los del taller aventamos ideas y empezamos a jugar, disfrutando del proceso”, apunta sin olvidar a sus compañeras.
Así, considera que el grabado es una manera “muy sana” de emitir un pensamiento que en el artista toma diversas aristas, algo que se refleja en sus piezas.
En todo, asegura, permea el trabajo diario, en “en chambear, en desarrollar la acción”, que han sido una suma de experiencias e incluso dinámicas colectivas gestadas desde el inicio del taller, hace más de un lustro, con el apoyo de personajes importantes y como espacio de producción local.
El Taller Barrio Gráfico exhibe parte de su obra en el Barrio del Artista, rompiendo con la línea de obra que se exhibe en dicho espacio. Además, tiene su sede en la 16 Oriente número 1411, en el barrio del Alto. La exposición Alto Contraste en el Karuzo -11 Oriente número 214, Centro Histórico- estará vigente hasta el 5 de noviembre.