La detención del ex gobernador de Puebla, Mario Plutarco Marín Torres, es un acto de justicia, pero también tiene aristas y efectos de corte político, sobre todo entre quienes fueron sus colaboradores, cuando el llamado “góber precioso” detentó la titularidad del Poder Ejecutivo en Puebla.
El sábado pasado fue detenido por la Fiscalía General del Estado (FGE) Valentín Meneses Rojas, el hombre de mayor confianza de Marín, quien ocupó diversos cargos públicos y partidistas gracias a su relación con el ex mandatario que hoy está sometido a proceso en un Juzgado Federal con sede en Cancún, Quintana Roo por la tortura que infirió a la periodista, Lydia Cacho Ribeiro.
Este domingo, el senador, Alejandro Armenta Mier, anunció que se retira de la contienda interna del Partido Movimiento de Regeneración Nacional (Morena) en pos de la candidatura a la presidencia municipal de Puebla. El legislador aseguró que su decisión nada tenía que ver con las aprehensiones de Marín y Meneses.
Lo cierto es que la figura del oriundo de Nativitas Cuautempan nuevamente será motivo de desprestigio, como si hiciera falta, para el Partido Revolucionario Institucional (PRI), que sigue en franca debacle desde la elección federal de 2018.
Hay otras personalidades políticas que también se están viendo cuestionadas por las felonías que cometió Mario Plutarco Marín Torres, como la titular de la Secretaría de Gobernación, Olga Sánchez Cordero, quien siendo Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) no solo se opuso a juzgar políticamente al entonces mandatario poblano, sino a emitir siquiera un pronunciamiento del Máximo Tribunal del país para que las autoridades de los tres niveles de gobierno investigaran cualquier acto de explotación infantil.