Cuentan que el jueves de la semana anterior se dio la orden en varias oficinas del ayuntamiento de San Andrés Cholula de que, al día siguiente unos 80 trabajadores del nivel medio de la burocracia local, les pasarían lista y después serían trasladados a una actividad política. Aunque algunos ya adivinaban de que se trataba, la mayoría hasta que llegaron al lugar constataron que era real la versión de que iban a estar presenten en uno de los mítines de Claudia Sheinbaum Pardo, la aspirante puntera en la lucha por la candidatura presidencial de la 4T.
A la mayoría no les sorprendió que los llevaran a un acto político sin su consentimiento, es una practica común, frecuente, en los ámbitos labores del gobierno.
Lo que si dejó sorprendidos a propios y extraños es que los responsables del acarreo les advirtieron –a los trabajadores– que la participación en ese acto masivo fue una orden directa que supuestamente salió de la oficina del alcalde de San Andrés Cholula, Edmundo Tlatehui Percino.
No es para menos que a muchos les genere asombro, Edmundo Tlatehui Percino es el segundo alcalde más importante del PAN en el estado de Puebla y es el líder de la militancia panista sanandreseña, que es uno de los más sólidas y leales en el país al partido de la derecha.
El asunto no fue menor, algunas voces bien informadas del gobierno de San Andrés Cholula sostienen que, el viernes al medio día, había una enfurecida dirigente estatal del PAN buscando a los altos mandos del ayuntamiento de este municipio para reclamar, exigir una explicación o por lo menos descargar su coraje porque le habían informado de ese “guiño panista” a la campaña de Claudia Sheinbaum.
Y es que nadie cuido el detalle de que no se tomaran fotos a los dos autobuses de la línea Puebla-Cholula que fueron utilizados para el traslado al evento morenista.
Además, entre muchos de los asistentes había jubilo, expresado en sus redes sociales, de que les dieron alimentos, un buen trato, se libraron de sus tareas oficiales y quedaron bien con sus jefes.
Para ellos no era importante si era un evento de Morena, del PAN o del viejo PRI. Lo fundamental es que saben que cumplir con esas asistencias a actos políticos están acompañadas de recompensas.
Queda claro que Tlatehui nunca va a aceptar que hubo “un acarreo” desde su gobierno a una actividad de la 4T y nadie, podrá explicar exactamente –por ahora– qué se busca con esa “colaboración” hacia los adversarios políticos del blanquiazul.
Más allá de lo anecdótico, se han generado dos especulaciones que podrían ayudar a entender lo que parece ser una posible “traición” en camino de Edmundo Tlatehui hacia su partido político.
Primera: Edmundo Tlatehui ya se obsesionó que quiere buscar la reelección como alcalde de San Andrés Cholula y enfrenta, una fuerte oposición desde adentro del PAN.
Corrientes internas del panismo sanandreseño le estarían exigiendo al edil que respete el acuerdo que hubo hace tres años, de que solamente estaría tres años en el poder y en 2024, dejaría que otra facción se quedara con la candidatura del PAN a edil de este municipio.
Además, en el PAN estatal se ha advertido que es muy alto el índice de electores –no panistas—que no están de acuerdo con la reelección.
En ese sentido, Tlatehui estaría pensando en la posibilidad de advertir, de amenazar, de que si no le dan la candidatura del PAN –por segunda vez– podría desertar a Morena.
No sería la primera vez, que hace ese tipo de amenazas.
En septiembre de 2020, cuando la entonces presidenta estatal del PAN, Genoveva Huerta Villegas, quería imponer como candidato a alcalde al líder histórico de este partido, Francisco Fraile García, los líderes locales del panismo sanandreseño, encabezado por Edmundo Tlatehui, advirtieron a la dirección nacional del partido derechista que si no les daban la nominación iban a orientar el voto de la militancia albiazul a favor de la 4T, en los comicios locales de 2021.
En aquella ocasión si funcionó ese amago. Por eso la candidatura del PAN se le quedó a un militante oriundo de San Andrés Cholula y no en manos de “un foráneo”, que era la demanda central de la rebelión panista de hace tres años.
Segunda: que Edmundo Tlatehui, como muchos líderes panistas, priistas y perredistas, ven con un justificado desconcierto de que en Puebla no está cuajando la formación de una coalición opositora para disputarle a la 4T la gubernatura de Puebla.
Los tiempos se acortan y en lugar de que el PAN ya tuviera de su lado a las estructuras electorales, los militantes y dirigentes del PRI, la mayor parte de los cuadros del tricolor están activos y presentes en el proyecto de continuidad de la 4T en el estado.
Y en ese sentido, Tlatehui tal vez estaría partiendo de la idea de que hay una mayor rentabilidad política ayudar “discretamente” a los que tienen más posibilidades de ganar la contienda de 2024, que a su partido que no se le ve por donde podría conseguir los votos, el financiamiento y un proyecto solido para competir por la titularidad del Poder Ejecutivo.
Eso es lo que parece.