La acusación contra 31 científicos, integrantes del Foro Consultivo Científico y Tecnológico del Consejo Nacional de Ciencia y Tecnología (Conacyt) es, cuando menos, un absurdo.
Dicho Foro fue constituido el 27 de septiembre de 2002, y es un órgano autónomo de consulta. Tiene, en base a la ley, un presupuesto propio.
Entre 2013 y 2019, según la demanda, se gastaron 240 millones de pesos (Alfredo Higuera, encargado de la SIEDO). Entre las erogaciones, se dice, hubo abusos ya que se compraron celulares, rentaron estacionamientos, se adquirió un inmueble en Coyoacán y se pagaron vacaciones de los integrantes, entre otros asuntos aparentemente ilícitos.
Todo esto, según indagaciones de diversos medios, ya que como sabemos la denuncia es confidencial. Y mientras tanto, la FGR no ha dicho nada al respecto.
El revuelo que se armó fue tremendo, ya que las acusaciones son por recursos de procedencia ilícita (sic que ve a investigadores con antifaz), malversación de fondos y delincuencia organizada.
Incluso se llega al extremo que si se les prueba las acusaciones se les ingrese a un penal de alta seguridad, para que no se evadan por los recursos que tienen a la mano (sic que busca un helicóptero).
Pareciera una cinta de la segunda guerra mundial y el robo de secretos científicos, o una actual entre la batalla que libran por las nuevas tecnologías, entre ellas el G5, Estados Unidos y China.
Pero no, estamos en México, donde el avance de la ciencia es lento, aunque tenemos investigadores de primer nivel por méritos y esfuerzos propios, más que la existencia de condiciones óptimas para lograr la excelencia.
Por cierto, la acusación ha sido desestimada por dos jueces, uno de ellos que incluso está en el estado de México (sic que se estremece ante los narcos del Altiplano).
También se sabe que los recursos del Foro Consultivo mencionado han sido legitimados por la SCJN y que su uso fue objeto de dos auditorías.
No obstante ello, la FGR de Alejandro Gertz Manero quiere llevar una vez más el caso a los tribunales, como si la sentencia popular “la tercera es la vencida” fuera un axioma. ¡Vaya terquedad!
Frente a ello, la jefa de gobierno de la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, ha dicho que el cargo es excesivo; resulta absurdo que se les acuse por recursos de procedencia ilícita (sic espantado).
Entrevistada, la titular de Conacyt, María Elena Álvarez Buylla, expresó: “Yo no voy a acusar absolutamente a nadie”. ¿Y entonces de dónde parte la investigación?
Más categórico fue Santiago Nieto: “La UIF fue creada para prevenir y combatir el lavado de dinero y los delitos considerados así como para bloquear a quién use recursos ilícitos. No para investigar instituciones académicas o a sus integrantes, que no se encuentran en dichos supuestos”.
El senador Armando Guadiana, negociante de varios giros, quiso que se auditen a las Universidades, pero no dijo nada de la exoneración de Kamel Nacif.
Aunque su líder, Ricardo Monreal, señaló que es una insensatez que se investigue a las universidades del país. Y agregó: mi solidaridad con la comunidad universitaria.
15 premios nacionales de ciencias y artes, entre ellos Alfredo López Austin, Néstor García Canclini, Margo Glantz y Diego Valadés se solidarizaron con los que están siendo acusados.
El rector de la UNAM, Enrique Graue, ya había rechazado este intento de proceso, incluso el 8 de septiembre, cuando estaba en marcha el ataque contra el Foro, se nombró en la Máxima Casa de Estudios a Enrique Cabrero, uno de los 31, en la Junta de Gobierno.
Gertz Manero se encuentra solo en su laberinto, mientras Emilio Lozoya toma vinos franceses y degusta caviar.
PD. Ricardo Balderas, a cargo del portal Poder Latam, aporta datos interesantes de desvíos de fondos de Conacyt. A Balderas se le puede ubicar en @ricky_leaks. Además, no olvidar que empresas muy importantes como Walmart, entre otras, fueron financiadas inexplicablemente por Conacyt.
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