La escasez del agua no se refiere exclusivamente a la falta del líquido vital, que sabemos es bastante, ya que 97.5% del agua en el mundo se encuentra en mares siendo agua salada, mientras que únicamente el 2.5% restante es agua dulce. La escasez también se refiere al no acceso, a la gestión deficiente, al desigual suministro y la falta de calidad del agua. Todo esto, mediado por las formas de consumo de la misma, desde el sobre uso que se deriva del abuso y despojo del recurso hídrico, priorizando el agua para la producción de mercancías, y no para las necesidades vitales de las personas, hasta las actuales condiciones de deterioro ambiental que ponen en riesgo el acceso de millones de personas al agua potable y saneamiento.
No es novedoso reconocer que, mientras en diversos territorios las personas pelean por el agua, diversas transnacionales como Monsanto, Nestlé y Coca Cola, gozan del uso desmesurado del agua.
El agua es un derecho humano fundamental; sin embargo, desafortunadamente, como muchos otros derechos, no existen mecanismos que garanticen a la población el cumplimiento de este derecho. Lejos de eso, observamos diversas regiones en donde para contar con agua dulce, la población tiene que caminar largas distancias durante horas para acarrear agua, y que esto es una responsabilidad que, con frecuencia, recae en las mujeres y las niñas y los niños.
Garantizar condiciones adecuadas para la gestión del líquido vital, es un tema fundamental para reducir o erradicar las condiciones de pobreza en diversas regiones. Muchas comunidades de nuestro país, carecen de agua potable, limpia y segura. En las zonas rurales la falta de infraestructura obstaculiza el acceso a la misma. Asimismo, la privatización de las fuentes del recurso hídrico ha profundizado la problemática; además, el alto costo del agua hace que acceder a agua limpia y segura sea un privilegio, incluso, un lujo, dejando a grandes capas de la población sin poder acceder a esta, lo que es una violación al derecho humano al agua.
El agua, como uno de los principales, y más importantes bienes comunes, requiere de procesos adecuados y de gestión colectiva que permita a las comunidades contar con los recursos, conocimientos y procesos necesarios para garantizar su acceso a agua limpia, segura, potable y suficiente. El adecuado manejo de los bienes comunes como la tierra y el agua, representa para las comunidades, la posibilidad de contar con los medios necesarios para garantizar la producción de alimentos. Asimismo, debemos educarnos como personas responsables, y ser conscientes del modo en que utilizamos el agua para evitar desperdiciarla o contaminarla. También es fundamental exigir a las autoridades que hagan las reformas jurídicas necesarias que permitan el cuidado de la Madre Tierra y el adecuado manejo del agua, evitando la contaminación de la misma, garantizando que las personas puedan acceder a agua limpia y segura, y evitando los procesos de privatización. ¡El agua es un derecho humano que debe estar garantizado