Domingo, diciembre 8, 2024

El daño irreversible al Cerro Amalucan: en 25 años el “pulmón ecológico” perdió 114 de 227 hectáreas

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A pesar de estar decretada como Área de Reserva Ecológica, en los últimos 25 años el Cerro Amalucan ha perdido 114 de las 227 hectáreas que conforman su superficie original. En la actualidad, el “pulmón ecológico” es más conocido como la “playa artificial” de la ciudad de Puebla que, como zona arqueológica que alberga a más de 25 especies de aves en riesgo y 20 plataformas prehispánicas.

La pérdida de territorio es mayor a la mitad de su superficie natural documentó la investigadora de la Universidad Autónoma de Puebla (UAP), María de Lourdes Flores Lucero, con doctorado en Gestión y Valoración Urbana.

Flores Lucero, autora del artículo Pérdida irreversible de reservas ecológicas, la ilegalidad autorizada en el Cerro Amalucan en la revista Brasileira de Estudios Urbanos y Regiones, demostró que a pesar de existir normativa ambiental para la protección de zonas naturales en Puebla éstas han sido sacrificadas a favor, principalmente, de los desarrolladores inmobiliarios.

Basada en recorridos de campo para observar las actividades de los usuarios, deterioro y cambios de usos de suelo, así como revisión bibliográfica y hemerográfica, la especialista exhibió que estos hechos al margen de la Ley se dieron en los últimos cinco lustros.

En estas casi tres décadas por la Ciudad de Puebla pasaron los gobiernos de Enrique Doger Guerrero, Blanca Alcalá Ruiz, Eduardo Rivera Pérez, José Antonio Gali Fayad y Luis Banck Serrato.

Sin embargo, en el periodo de la morenista Claudia Rivera se exhibió a la secretaria de Desarrollo Urbano Municipal, Beatriz Martínez Carreño, por incurrir actos de omisión, abandono y hasta posible entrega de licencias de construcción en el área del Cerro Amalucan, que después entre otras cosas le valdría su salida del cargo.

El Cerro de Amalucan se decretó como área de Reserva Ecológica en 1994 en el Diario Oficial del Estado y es de jurisdicción municipal.  Se ubica en la zona noreste de la capital poblana.

Al respecto, la investigadora de la UAP reveló que dos años antes del decreto, en 1992, se tenían registradas 227 hectáreas de las cuales 91.1 fueron fraccionadas para uso habitacional, quedando una superficie protegida de 135.9 hectáreas. Estas a su vez –añadió- 46 hectáreas se adjudicaron al municipio y 89 más pertenecían al empresario J. Petersen W.

Para 2016, documentó que el Programa Municipal de Desarrollo Urbano registró 113 hectáreas de área protegida, es decir, se perdieron 22.9 hectáreas más para uso habitacional.

En una revisión a la carta urbana municipal vigente se cataloga al Cerro Amalucan con tres tipos de suelo: parque urbano, área verde IMAV (Inventario Municipal de Áreas Verdes) y zona arqueológica.

A pesar de ello, el gobierno de Antonio Gali Fayad anunció en 2015 la construcción del parque urbano más grande de la metrópoli, que costó más de 324 millones de pesos y que a la postre trajo un mayor deterioro de la reserva.

“Las principales causas del deterioro territorial y ecológico se deben a factores socioeconómicos asociados al desarrollo urbano y que estas fueron establecidas para responder a intereses políticos más que ambientales, como la comercialización de áreas naturales por parte de las inmobiliarias y particulares para urbanizar, extraer recursos y los incendios que contribuyeron a la pérdida irreversible”, arguyó.

María de Lourdes Flores exhibió que en el polígono perdido del Cerro Amalucan, por la autorización del cambio uso de suelo, se han construido fraccionamientos habitacionales, el Jardín de niños “Nueva Creación Galaxia”, y bodegas de la cervecera Corona, donde actualmente se ubica el Mercado Soriana.

Rescate y apertura del sitio arqueológico

En defensa del Cerro Amalucan han surgido colectivos y organismos civiles como el grupo de ambientalistas Rescate Ecológico-Arqueológico Familiar (Reafca) y Matlalcuetil-Alseseca, que han realizado esfuerzos para proteger el deterioro y la pérdida de esta área natural con el escaso apoyo de las autoridades locales.

Este viernes 19 de febrero, ciudadanos organizados y representantes de las juntas auxiliares limítrofes de Amalucan y San Francisco Totimehuacán, así como del ayuntamiento de Puebla y especialistas del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) sostuvieron una reunión virtual con el secretario de Cultura, Sergio Vergara Berdejo.

El objetivo del encuentro fue reivindicar el Cerro Amalucan como zona arqueológica catalogada por el INAH, la cual data de los años 300 AC y 400 DC, para su apertura para el disfrute de los visitantes.

En entrevista, Gustavo Juárez Lindoro, del Colectivo Matlalcueitl, exhibió a La Jornada de Oriente parte del “Programa de Desarrollo Cultural para el Municipio de Puebla”, que incluye el rescate y recuperación del polígono de la zona arqueológica, así como de la fauna y flora para su preservación que mejore los niveles de bienestar.

Argumentó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda entre 10 y 15 metros cuadrados por habitante de área verde en las ciudades; no obstante, informó que la ciudad de Puebla cuenta con un registro de apenas 1.08 metros por lugareño.

El déficit de áreas verdes incumple con la Ley General de Equilibrio Ecológico y Protección al Ambiente (LGEEPA), la cual establecen que “toda persona tiene derecho a un medio ambiente sano para su desarrollo y bienestar.

A raíz de la construcción del Parque Cerro Amalucan, Gustavo Juárez señaló que al menos 25 especies de aves endémicas y migratorias, así como 20 plataformas piramidales y conjuntos habitacionales prehispánicos están en riesgo en la reserva ecológica.

El ambientalista dijo que el cerro forma parte de una zona arqueológica de finales del preclásico e inicios del clásico, “se trata del único sitio arqueológico en Puebla que data del periodo formativo”, enfatizó.

Expuso que durante ese periodo se desarrolló un sistema ejemplar de distribución de agua como lo demostró en sus estudios el arqueólogo norteamericano Melvin Fowler.

Por esta razón, informó que han propuesto a las autoridades el rescate del polígono de la reserva ecológica, debido a que su depredación obedeció a los intereses de grupos inmobiliarios y de quienes en los últimos años ostentaron el poder.

 La revitalización del Cerro Amalucan

A un año del cierre de la “playa artificial” del Parque Cerro Amalucan, por lo oneroso que representa para su mantenimiento, dijo que se debe dar vida a la reserva que atiendan a las necesidades culturales de la población.

Entre las líneas de acción, Gustavo Juárez adelantó que está implementar acciones de conservación, restauración o protección de los sitios arqueológico identificados para el disfrute de los visitantes.

Lo anterior, previa delimitación y valoración del estado actual de los sitios, así como de la implementación de proyectos integrales, en coordinación con el INAH e instancias gubernamentales.

A esto sumó la ejecución de actividades culturales y artísticas, la elaboración de un plan de manejo, conservación y mantenimiento, además de efectuar exploraciones que permitan posibles hallazgos arqueológicos.

Propuso convertir la “playa artificial” en espejo de agua, que posea un pequeño ecosistema donde existan peces endémicos de la localidad.

A lo largo de los años, comentó que colectivos como Matlalcueitl han realizado una serie de actividades que van desde actividades artísticas y culturales hasta de educación ambiental, recorridos arqueológicos y la reforestación de la reserva ecológica.

“Más allá del rescate del Cerro Amalucan también como vecinos estamos exigiendo se respete el foro, el espacio público, que nosotros comenzamos como ciudadanos”, concluyó.

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