Así terminaron su participación en la fase regular del devaluado torneo mexicano de Primera División, conocido como Clausura 2024, que no clausura nada pero así fue bautizado por los imaginativos directivos de la Liga.
Se me dirá que, de todos modos, el cemento “rompió el récord de puntos para torneos cortos”, lo que en realidad es una fórmula como tantas hay, que buscan disimular con eufemismos la deriva a menos de nuestro futbol. Porque la mejor cosecha y también los mejores desempeños de la Máquina Azul se localizan en la primera parte del certamen, cuando el equipo mostró una frescura y un grado de compromiso que ya solo muestran a ratos, como pudimos comprobar en la visita cruzazulina al Cuauhtémoc, en CU y en sus dos choques de esta semana, sellados con sendos empates ante Atlas (2-2) y Tigres (1-1). En todos estos encuentros tuvo el Cruz Azul baches e intermitencias que acabaron costándole puntos y cortándoles la respiración a sus seguidores, que a estas horas, con la Liguilla en puerta, ya no están seguros de nada. El sábado, en la reabierta Ciudad de los Deportes, pudimos comprobar que mientras Tigres (3º en la Tabla con 34 unidades) es un equipo de “oficio”, los cementeros lo son “de sistema”, ese sistema de rotación continua y cobertura total del terreno cuyas piezas fundamentales son un arquero-líbero (Kevin Mier) y un ordenador –que no creador– que dirige la partitura (Romo). Si al felino neoleonés le sobran jugadores cancheros, colmilludos, y le falta sentido del espectáculo, la escuadra de Anselmi depende del sistema ideado por este DT, cuya ejecución está a cargo de un puñado de jugadores de mediana calidad.
La otra noticia bomba de este fin de la fase regular del Clausura 2024 fue la paliza sufrida por el América en la Bombonera (4-0), que puso en evidencia que el anunciado renacimiento de los Televisos tenía mucho de fábula, lo pudimos comprobarlo en el Cuauhtémoc que los azulcremas tomaron de prestado y donde un equipo de la zona baja como el Pachuca los hizo sufrir bastante –sobre todo en la primera mitad– a cambio de una ajustada derrota (América 2-1). Como consecuencia, el Toluca terminó sublíder (35 puntos por 34 de Tigres) y la crema batida quedó relegada al 7º (27), lo que le obliga, para acceder a los cuartos de final, a ganar antes un par de duelos del pochamente llamado play in; si Tijuana venció anoche a un Puebla en plena cuesta abajo (14), habría desplazado hasta el 8º a los del canal de las estrellas por dos puntos de diferencia (uno si hubiera habido empate entre Xolos y Franja), obligándola a jugar el primero de dichos duelos en su estadio Caliente.
Los otros equipos con calificación directa a los ¼´s son, con 31, Pumas –que abusó de los coleros Querétaro (2-0) y Mazatlán (0-1)–, Monterrey (también 31 pero peor diferencia de goles) y San Luis (30), que les aguó el fin de semana a las renqueantes Chivas (0-1 en el Akron), mandándolas al 9º puesto (25).
Adiós a los superequipos. Junto con la seguridad de que sigue siendo la Champions el torneo que concita el mayor interés y expectación, ésta otra certeza: ha concluido para el futbol mundial la época, histórica en todo sentido, simbolizada por las imágenes de Lionel Messi y Cristiano Ronaldo, y por el revolucionario sistema de juego que impuesto Pep Guardiola con su Barcelona, malamente adoptado por el resto hasta confundir aquel tikitaka famoso con la simplona idea de la “posesión”, esa nueva cara de la antiquísima fórmula de seguridad ante todo que tanto daño le viene haciendo al espectáculo.
Así las cosas, la cuarta ronda de la ChL trajo la caída de varios de los favoritos de cajón, una muestra del paulatino desvanecimiento de las potencias hegemónicas que no deja de tener su atractivo. Encabeza esta lista la derrota del Madrid en el Bernabéu (1-3 Milán), marcada además por evidencias de un agotamiento físico directamente relacionado con lo sobrecargado del calendario dictado por la codicia insaciable de las dirigencias. El Milán tuvo suficiente con esperar agazapado, sin ofrecerle nada al espectáculo pero poniendo más que los fantasmas de Mbappé y Bellingham. De nada sirvió el esfuerzo que Vini Jr., el mejor sobre el campo, ante el nulo respaldo de sus compañeros. Y puestos a competir como sorpresa de la semana, qué tal la goleada al ManCity en Lisboa, donde el Sporting los tundió en serio (4-1), con el sueco Gyorkeres y su triplete suplantando a Haaland como protagonista, y Maxi Araújo marcando el otro tanto de los lusos, que por cierto dedicaría después a las aficiones de Puebla y Toluca, sus equipos mexicanos de paso reciente.
Otro que quiso ser grande, que derrochó millones a pasto y sin embargo se quedó siempre con las ganas, el PSG, cayó en casa ante el Atlético de Madrid (1-2) como castigo al desperdicio de incontables ocasiones de gol. Como es la enésima vez que le sucede pinta para no pasar nunca de equipo del montón. Incluso victorias más acordes con la lógica, como la del Inter en San Siro sobre Arsenal (1-0) o el Bayern sobre el Benfica (1-0), acusan esa disminución del poder de los oficiales sobre la tropa. No así las goleadas del Barsa en Belgrado (Estrella Roja 2-5) y el Liverpool pulverizando al Leverkusen (4-0).
El subeybaja galo incluyó, junto a la debacle del PSG, dos meritorios triunfos a domicilio (Bolonia 0-1 Mónaco y Sparta Praga 1-2 Brest), el hispano una goleada al Girona (PSV 4-0) y el italiano la continuación de la buena racha del Atalanta (Sttutgart 0-2), entre otros resultados de importancia menor.
Tabla general. Líder único, con marca perfecta después de cuatro fechas, va el Liverpool (12), tan efectivo con Slot como con Klöpp. Hay otros cuatro invictos pero de 10 puntos (Sporting, Mónaco, Brest e Inter), acechados por Barcelona, Dortmund y Aston Villa (los tres con 9); Atalanta lleva 8, y 7 los otrora gallones ManCity, Juventus, Arsenal y Leverkusen, mismo puntaje de Lille, Celtic y Dinamo Zagreb; y hablando de gallones, peor la están pasando, reducidos a 6 puntos, Real Madrid, Bayern, Milán y Atlético de Madrid, que comparten el mismo vagón con Feyenoord y Brujas; y aún más abajo tiritan el PSV (5), y con apenas 4 el decadente PSG. El resto son equipos sin nombre ni aspiraciones mayores hasta completar los 36 que la UEFA ha sumado al mismo menú hasta hacerlo intragable.
Pero qué se le va a hacer, vivimos tiempos de acumulación acelerada del capital.
Recado final. Algunos opinólogos habían dicho que la ciudad de Puebla no merece tener un equipo en Primera División, que nos falta afición y apoyo a la Franja.
Lo que las multitudinarias entradas del Valencia –cuando el Vasco Aguirre se puso a experimentar y por nada le ganan el partido–, y sobre todo la del América-Pachuca del martes pasado, es que lo que de ninguna manera merece Puebla es un trato como el que le vienen asestando las sucesivas dirigencias de la Franja con sus equipos-basura prácticamente desde que Televisa se lanzó con todo contra el Puebla FC, allá por 1992, cuando la escuadra franjada era una potencia nacional y de lo que se trataba era, en la vieja disputa por los dineros del Tri, de arrebatarle la Femexfut a la dupla Maurer-De la Torre, responsables entre otras cosas del advenimiento de César Luis Menotti como DT de la Selección, y de las gestiones que introducirían al futbol mexicano en la Copa América, la Libertadores y otros logros que en manos de la dirigencia del canal de las estrellas se fueron desvaneciendo.
Lo que pasa es que en Puebla sabemos de futbol. Y porque queremos a nuestro equipo rechazamos su conversión en vulgar caricatura. Una plaza de primera no puede admitir así como así equipos de tercera.