Tehuacán. En Tehuacán hay niños de 10 años que ya sufren problemas de adicciones, siendo la droga de primer contacto la marihuana, así lo reveló Humberto Merino Hernández, director del Centro de Rehabilitación para Enfermos con Adicciones (CREAT).
Anteriormente la droga de primer contacto en México era el alcohol; con el tiempo ha sido desplazada por la marihuana y las metanfetaminas, refirió el director, al explicar que los menores de edad prefieren ingerir algo que sea difícil de notar para sus familiares.
Manifestó que el alcohol es muy fácil de detectar, lo mismo que el tabaco, lo cual lleva a los niños y adolescentes a buscar otras opciones, así es como caen en la marihuana y posteriormente en el cristal, esta segunda droga es actualmente la de mayor consumo en el país.
Humberto Merino hizo notar que el cristal resulta ser una metanfetamina muy económica, pues con 30 pesos los adictos pueden adquirir una cantidad suficiente, pero además es fácil de conseguir, de modo que les resulta más accesible, pero el nivel de adicción es elevado, de tal manera que en tres meses ya se encuentran en una situación difícil de manejar.
Cuando inicia el consumo, detalló, las personas suelen tener mayor resistencia a la droga, de modo que una dosis puede ser suficiente para una semana, pero conforme pasa el tiempo comienzan a necesitarla con más frecuencia, al grado de que entran en ansiedad apenas se percatan de que su dosis se está terminando.
Por todo lo anterior, destacó la importancia de que las familias actúen inmediatamente al notar la sospecha de consumo de sustancias adictivas en sus hijos, puesto que mientras más tiempo pase, es más difícil que las personas puedan rehabilitarse.
Merino Hernández advirtió que el daño causado por las drogas es elevado, de tal manera que una persona con dos años de consumo puede tardar hasta 10 años en recuperar las capacidades que tenía.
Hizo notar que la drogadicción es una enfermedad crónico degenerativa, de modo que cuando alguien entra a ese problema, requiere estar en un tratamiento permanente, posterior a la primera intervención que consiste en desintoxicarle y las terapias con expertos en la materia, lo cual dura un mínimo de tres meses.
Recomendó que ese tratamiento sea aplicado por profesionales, por lo cual lo adecuado es que tanto el paciente como sus familiares acudan a instancias gubernamentales y eviten los recursos de desesperación como lo son los llamados anexos, donde no siempre se cuenta con los conocimientos adecuados para tratar la enfermedad.
Cinco de cada 10 personas, añadió, han tenido alguna vez una enfermedad mental, entre ellas una adicción, de ellas solo dos reciben atención especializada y de dicho porcentaje solo 20 por ciento tiene posibilidades de rehabilitarse adecuadamente.
En el CREAT, se les hacen valoraciones médicas, psicológicas y hasta psiquiátricas y de ello se define si es necesario que el paciente se quede en el albergue. Al mismo tiempo, enfatizó, se trabaja con las familias porque en el núcleo familiar también se deben dar cambios importantes para contribuir a que la rehabilitación se alcance.