1816. El volcán indonesio, Tambora, en la isla de Sumbawa tuvo una violenta erupción en abril del 1815 y desencadenó una serie de extraños fenómenos atmosféricos provocando importantes enfriamientos que se extendieron por todo el hemisferio norte. Bajaron las temperaturas de tal manera que el año siguiente, 1816, fue conocido como “el año sin verano”, que se caracterizó por una temperatura promedio de 1°C donde la posición del Sol estaba ubicada en el mínimo de Dalton, un período de disminución de las manchas solares por baja actividad solar, sin saberse exactamente cuánto de ese año sin verano se debió a la actividad volcánica y cuánto a la menor actividad del sol.
El perseverante tiempo frío, húmedo y lluvioso confinó a la población a guardarse en sus casas. Cinco jóvenes -personalidades de la bullente vida artística y literaria de Londres-, se reunieron en la lujosa Villa Diodati, ubicada en Cologny, Suiza, cerca del lago Ginebra, habiendo sido alquilada por el poeta George Gordon, conocido como Lord Byron, cuya vida llena de aventuras, al seguir sus propios impulsos e inclinaciones sin adherirse a normas o expectativas sociales algunas, considerado un revolucionario y poeta del movimiento del romanticismo británico, antecedente de la figura del Poeta Maldito.
El polémico y excéntrico poeta estaba acompañando por su médico de cabecera, el doctor y escritor John Polidori, y un selecto grupo de artistas y escritores: el poeta Percy Bysshe Shelley junto con su amante y futura esposa Mary Wollstonecraft Godwin -posteriormente Mary Shelley-, y la hermanastra de ésta, Claire Clairmont, amante de Byron.
Aburridos por el mal tiempo, durante las noches del 16 al 19 de junio, se refugiaron tres días en la Villa. Byron había leído “Fantasmagoriana” una antología de historias de apariciones, espectros, espíritus y fantasmas, y les propuso a sus amigos un juego, que consistía en que cada uno de ellos escribiera una historia de terror.
Lo que empezó siendo una apuesta, terminó dando lugar al nacimiento de dos novelas que se iban a convertir en la piedra angular de la literatura de terror. Sin saberlo, esa propuesta cambiaría la literatura para siempre: Mary Wollstonecraft -futura Mary Shelly- escribió Frankenstein, quizá la primera novela de ciencia ficción de la historia, y John Polidori vertió su resentimiento hacia Byron por el mal trato que le daba, en la novela El vampiro, cuya importancia radica en el hecho de haber sido el creador del vampiro romántico, y también de haber servido como fuente de inspiración para los grandes relatos vampíricos posteriores.