Jueves, marzo 28, 2024

El Amparo prepara una muestra sobre José de Ibarra, promotor del cambio pictórico

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Para aportar reflexiones profundas pero ágiles y didácticas sobre el papel del pintor José de Ibarra como promotor del cambio pictórico en su momento, el Museo Amparo prepara la apertura de la exposición José de Ibarra, el lenguaje del afecto. 

En ella, bajo la curaduría de Paula Mues Orts y Berenice Pardo Hernández, se mostrará también la modernización del lenguaje pictórico sistematizado propuesto por el pintor, el cual transmitió de manera efectiva la complejidad de las emociones: afectos –pasiones-.

Así, a través de una cuidada selección de obra que podrá verse a partir del 4 de diciembre en las salas de exposición temporal, se muestra cómo este cambio artístico cambió la forma de representación de los afectos en la Nueva España del siglo XVIII. 

Al presentar la exposición, el Museo Amparo señala que los seres humanos tienen una compleja variedad de sentimientos, mismos que a lo largo de la historia se han intentado entender y clasificar de muchas maneras.  

“¿Sentimos diferente  a como se hacía en el pasado? o ¿nos expresamos distinto? La interpretación de esas emociones a través de su expresión más humana, la gestualidad, se ha transformado de la mano del lenguaje”.  

Indica que según el Diccionario de la Real Academia se le llama “afecto a cada una de las pasiones del ánimo”. Desde hace siglos éstas han sido clasificadas por filósofos como René Descartes, quien publicó, en 1649, el Tratado de las pasiones del alma. En el campo del arte fue Charles Le Brun, pintor de la corte de Luis XIV, quien representó gráficamente los afectos en su conferencia La expresión de las pasiones,  desde 1668. 

En su caso, José de Ibarra (1685-1756), fue uno de los pintores más importantes del siglo XVIII novohispano, pues como líder entre sus colegas, impulsó cambios en su organización y el estilo artístico de la época.  

Estos cambios se relacionaron con la representación de los afectos a través de gestos de rostros y de manos, así como de una paleta cromática que buscó comunicar las emociones.  

En ese sentido, explican que la exposición José de Ibarra, el lenguaje del afecto propuesta como monográfica se centra en el reconocimiento y explicación de esas herramientas plásticas. 

Durante el siglo XVIII, en la capital del virreinato novohispano, los pintores se reunieron en academias independientes. Ibarra presidió una de estas organizaciones, y en ella se usaron la teoría y los modelos de Le Brun guiando la renovación pictórica, la cual permeó en el gusto de importantes clientes, como la Catedral de México o la Catedral de Puebla. A la par de estos modelos, los artífices emularon obras italianas del siglo XVII.  

Paula Mues, una de las curadoras es doctora en Historia del Arte por la UNAM, cuya tesis versó sobre el pintor José de Ibarra y su importancia en la pintura del siglo XVIII.  

La actual profesora de la Escuela Nacional de Conservación, Restauración y Museografía Manuel del Castillo Negrete del Instituto Nacional de Antropología e Historia tiene, entre sus publicaciones, el libro José de Ibarra, profesor de la nobilísima arte de la pintura a la par que ha sido co-curadora de algunas exposiciones, como Creación y Restauración, de lo singular y complejo y complejo del arte, también montada en el Museo Amparo. 

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