El jefe de Operaciones de la Policía Estatal en la región de Esperanza, Juan Carlos Romero Abraham, fue detenido por el Ejército Mexicano en posesión de armas y drogas, confirmó la mañana de ayer el gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta.
Esperanza es un municipio ubicado al oriente del estado de Puebla, a 101 kilómetros de la capital estatal y colinda con Veracruz y se encuentra en el corazón del llamado “Triángulo Rojo”, la región de mayor violencia entre las bandas locales y cárteles nacionales -como el de Los Rojos y el Jalisco Nueva Generación (CJNG)- que disputan el robo de hidrocarburos en ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).
Fuentes cercanas a las investigaciones que lleva a cabo la Fiscalía General de la República (FGR) apuntan a que desde hace aproximadamente seis meses se enfocaron pesquisas sobre Romero Abraham, de quien entonces se sospechaba que brindaba impunidad a las células delictivas dedicadas al hurto de transporte de carga.
Fue así que se realizó el pasado martes una inspección sorpresiva al Centro de Operaciones de la Policía Estatal en Esperanza y se halló entre las pertenencias del alto mando una pistola Luger 9 milímetros que no tenía asignada a su cargo. Posteriormente se revisó el auto particular del jefe policiaco y se encontraron al menos una decena de envoltorios de una sustancia prohibida, se presume que se trata de cristal.
Juan Carlos Romero Abraham fue puesto a disposición del Ministerio Público Federal y esta mañana, en una rueda de medios, al hablar sobre la detención, el gobernador, Luis Miguel Barbosa Huerta, dijo que había convocado con carácter de urgente a las cabezas del Sistema Estatal de Seguridad Pública para iniciar una evaluación de todos los mandos policiacos en Puebla, pues no consentirá la colusión de la fuerza pública con el crimen organizado.
En la rueda de medios que ofreció esta mañana, Barbosa dijo que se hará una revisión de todas las bases de operaciones de la Policía Estatal y que él evaluará personalmente la permanencia de los jefes en cada demarcación.
“Yo no voy a jugar, a solapar a ningún cabrón que venga a comprometerse de manera particular con la delincuencia”, exclamó notablemente enfadado el titular del Poder Ejecutivo poblano.